El Cine Mexicano vivió una gloriosa Época de Oro en los años 40s y 50s del siglo pasado. Las estrellas de esta etapa de la cinematografía mexicana, se convirtieron en verdaderos mitos, cuya fama ha sobrevivido al paso del tiempo. Mujeres bellísimas y hombres muy atractivos, causaron sensación entre los espectadores de México y Habla Hispana.
Justo en este segundo grupo de estrellas, sobresale un actor que conquistó a millones de mujeres (y obvio también a varios hombres) por su apostura, talento y versatilidad. Se trata del actor Arturo de Córdova. De Córdova, fue uno de los galanes de cine más cotizados de toda América Latina.
El actor estelarizó un sinnúmero de películas y fue pareja fílmica delas divas más grandes de la época: Dolores del Río, María Félix, Elsa Aguirre, Silvia Pinal, Marga López, María Elena Marqués, Libertad Lamarque, Gloria Marín, Amparo Rivelles, Mirtha Legrand y hasta divas de Hollywood como Lupe Vélez, Luise Rainer y Joan Fontaine. De su carrera destacan filmes como “La Zandunga” (1938), “El Conde de Montecristo” (1942), ‘’From Whom The Bells Tolls” (1942), ‘’El rebozo de Soledad” (1952), “Él” (1953) y “El esqueleto de la Señora Morales” (1960), solo por mencionar algunas obras de su extensa filmografía. Ya mencionamos que el gala´n conquistó los corazones de miles de mujeres, y de otros tantos hombres. pero de esto último, al parecer, no solo lo logró en su faceta profesional, sino también en su vida personal.
¿Quién era Arturo de Córdova?
De Córdova era originario de Mérida, Yucatán. En su infancia vivió en Argentina (de allí se le quedó ese peculiar acento “argentinizado” que lo caracterizó en el cine).
Poseedor de una voz varonil, clara y fuerte, se hizo famoso como locutor de la estación radiofónica XEW de México, a la par que forjaba su carrera en el Cine Mexicano en la década de los 1930s.
No era alto. Era de estatura baja (usaba zapatos con tacón cubano para lucir mayor altura), pero hay que reconocer que el hombre tenía una presencia escénica muy fuerte, y no es de sorprender que millones de mujeres suspiraran por él en toda Latinoamérica. También tuvo un paso fugaz por Hollywood y filmó en Argentina, España, Venezuela y Brasil.
En los años 1930s, se casó con la también actriz Enna Arana (1933-1973). Con ella engendró varios hijos. Pero su relación se fue a pique al poco tiempo conforme la fama y popularidad de Arturo aumentaba en el cine. Sin embargo, Arana nunca le concedió el divorcio.
En 1938, de Córdova es elegido como el galán de la diva mexicana Lupe Vélez, popular estrella de Hollywood, en la primera cinta que la actriz filmó en México: “La Zandunga”. Vélez, al igual que millones de mujeres en toda Hispanoamérica, cayó rendida ante los encantos de Arturo.
Ambos protagonizaron un turbulento romance. Lupe lo amaba tanto, que estaba dispuesta a todo por él. Y aquí viene la historia “macabra…
El rumor de su bisexualidad
Lupe terminó su romance con Arturo y se relacionó con un incipiente actor austriaco llamado Harald Ramond. Se supone que Lupe se embaraza de este actor, quién la despreció, y ella termina quitándose la vida por él.
Pero otras versiones (de las muchas que rodean la muerte de Lupe), dicen que Arturo era el padre de ese niño. Y lo más escandaloso: Arturo y Harald Ramond eran amantes.
De acuerdo con algunos biógrafos de Lupe Vélez, ella encontró a Arturo y Ramond en la cama. Ella se mató no por el temor de ser madre soltera, sino por la pena de tener un hijo que le recordaría el amorío entre ambos hombres….
A partir de ese momento la bisexualidad de Arturo de Córdova se volvió un tabú y un rumor persistente que rodeó al actor. Muchos años después de su episodio con Lupe Vélez, Arturo se volvió mentor del joven actor mexicano Ramón Gay (1917-1960).
Gay se cotizó pronto como uno de los galanes jóvenes más solicitados del Cine Mexicano….y le hacía honor a su apellido. Era “gay” (secreto a voces durante años en la industria del espectáculo nacional). Muchos especularon que detrás de su supuesta amistad, de Córdova y Gay sostenían una relación homosexual.
Por desgracia, Gay tuvo una vida y carrera breve. Con tan solo 33 años de edad, el actor fue asesinado cobardemente por el entonces esposo de la actriz Evangelina Elizondo, celoso de la amistad del actor con su esposa (este señor ha de haber sido ciego, sordo o muy tonto).
Se cuenta que en el funeral de Ramón, Arturo de Córdova apareció desconsolado, llorando de una forma que parecía confirmar los rumores que perseguían a ambas estrellas.
¿Acaso importa?
Después de la muerte de Ramón, Arturo de Córdova se consoló y pasó los últimos años de su vida con la actriz Marga López. En 1967 sufrió una embolia que le paralizó el lado izquierdo del cuerpo. Murió tres años después de un accidente cardiovascular, vistiendo de luto a todo el espectáculo de Habla Hispana.
Aquí solo se plasma una historia entrelazada con la leyenda. No se afirma ni se niega nada, ni mucho menos se pretende “manchar” la memoria de una figura ilustre del cine nacional. Al fin y al cabo, si Arturo de Córdova hubiera sido o no bisexual, podemos tomar su frase más famosa y decir:
“Eso no tiene la menor importancia”.