Así es como los Medios de Comunicación propician la violencia de género

Así es como los Medios de Comunicación propician la violencia de género

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(Cortesía: Archivo Ben Maza)

En el año 2001, hace 17 años el extinto portal de internet Anodis.com (primer medio de comunicación digital de la diversidad sexual) publicaba la nota “Aprueban matrimonio gay en Países Bajos”, en ese mismo año yo tenía 17 de edad y un sin fin de emociones me inundaron. Recuerdo que de manera oculta a pesar de tener internet en mi domicilio, acudía a un cybercafé al otro lado de la ciudad para poder leer este portal y así enterarme del acontecer del mundo gay, leer este tipo de notas me inspiraban a seguir adelante, a no sentirme rechazado y a anhelar que pronto esta realidad fuera posible para todas y todos, me ayudaban a perder el miedo.

Sin embargo, ese mismo año diferentes medios de comunicación informaban cómo un grupo de homosexuales se reunía en un espacio público, en un plaza;  y de manera tendenciosa decía que los jóvenes ahí reunidos realizaban actos de prostitución, faltas a la moral y que eran de conducta cuestionable; recuerdo que incluso el canal local de televisión hizo un reportaje en el que hablaba de estas situaciones que eran indeseables en la sociedad.

Todavía tengo muy presente cómo unos amigos y yo nos reunimos esa tarde-noche para ver el noticiero y observar con temor y mucha ansiedad  si nosotros saldríamos en la nota, ya que nos habían comentado que a modo de cámara oculta, el canal levantó imágenes de la plaza que yo frecuentaba; en ese año yo no salí en el reportaje, pero sí muchos otros.

Después de ese suceso recuerdo que personas en sus autos pasaban y nos arrojaban huevos, botellas de cerveza y nos gritaban cosas como “pinches putos váyanse de aquí”. Recuerdo también cómo la Policía nos correteaba por todo el centro de la ciudad e incluso cómo las personas que observaban las corretizas, animaban a la Policía a darnos alcance, porque dábamos una mala imagen a la ciudad y alterábamos las buenas costumbres. Esto sucedía en Chiapas, lugar del que soy originario.

Pero esta realidad no es exclusiva del sur del país, es una situación que ocurre en el centro, en el norte, en todo México.

(Cortesía: Archivo Ben Maza)

En este sentido, sabemos que Monterrey, es considerada la ciudad número uno en discriminación a nivel nacional, según El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en la Encuesta Nacional de Discriminación el 37 por ciento de las personas entrevistadas manifestó que  las preferencias sexuales provocan divisiones entre la gente, y 51 por ciento de las personas entrevistadas no permitiría que en su casa vivieran homosexuales.

Siendo esta una situación lamentable ¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación ante la discriminación?

El uso del lenguaje negativo propicia el estigma, promueve la discriminación e incita al odio.

Titulares como “Hallan cuerpo de hombre vestido de mujer” “Asesinan a un gay”  “ Joven intenta quitarse la vida por que su hombre lo dejó” entre otros, genera que el odio aumente y promueven la discriminación.

Para muchas personas la homosexualidad es considerada como una situación antinatural, aberrante, despreciable, incluso hay quienes han dicho que les provoca asco, y cuando un medio de comunicación respalda esto, es entonces cuando tenemos un serio problema, porque dan validez a estos pensamientos, les dan la razón a quien no la tiene e incluso les “envalentona”. De esta forma, se les asegura de manera masiva que tienen razón al reafirmar sus pensamientos negativos hacia la homosexualidad, se propicia que  refuercen sus ideas negativas e incluso incita a atacar miembros de la Diversidad Sexual.

La forma de comunicar un mensaje puede generar una aceptación  y contribuir a reducir la violencia, la discriminación, el estigma o el odio (Ayuda a otros a mejorar sus expectativas, como fue mi caso con las notas positivas). Comunicar un mensaje de manera positiva puede generar que la sociedad se re-eduque, que se eliminen mitos, que se aprendan nuevos conocimientos, que se distribuya información veraz y confiable y que esto coadyuve a mejorar las condiciones de vida de un grupo determinado.

Muchas personas que se dedican al periodismo  se enfrentan a la homofobia institucionalizada de sus jefes (editores, productores) o bien a los contadores y administradores de los medios de comunicación, ya que pareciera que un titular morboso, falto de ética y amarillista vende más que uno sensible y respetuoso de los Derechos Humanos; no sólo de la Diversidad Sexual, sino de muchas otras poblaciones que viven la discriminación.

Recuerdo que un amigo cercano que trabaja en un medio de comunicación quería abordar las situaciones de homofobia y transfobia que se viven en el estado de Nuevo León y su editor le comento que “sí lo hiciera, pero que no fuera muy extenso porque el espacio para tratar esos asuntos y temas era reducido, que había otras notas de mayor interés que debían publicar…”

También, dicen por ahí, que de lo que no se habla no existe  y ese es otro reto, la invisibilidad de las realidades de la Diversidad Sexual.

(Cortesía: Archivo Ben Maza)

Un ejemplo de esto, ocurrió hace unos años, cuando en un lamentable hecho encontraron a un perro que fue lastimado, herido y lo habían desfigurado, esa noticia ocupó mucho espacio en los medios impresos, en los noticieros locales y en el radio, ese mismo día una compañera transexual había sido golpeada brutalmente, de igual manera la habían desfigurado, sin embargo su caso no tuvo impacto, no salió en el periódico y tampoco ocupó tiempo en los noticieros locales.

Actualmente tenemos medios digitales especializados en la Diversidad Sexual, periodistas aliadas y aliados que están dispuestos a confrontar valientemente a sus editores para dar espacio a los temas relacionados con la comunidad lésbica, gay, bisexual y trans; la presencia en los medios ha ido creciendo, la difusión de estos temas se tocan con una perspectiva incluyente que transversaliza el género, la no discriminación y un amplio sentido humano y de respeto a los derechos, sin embargo aún hace falta mucho por hacer, necesitamos mas aliadas, necesitamos más medios de comunicación que informen de manera positiva estos temas, que en lugar de dar notas tendenciosas o con titulares amarillistas, refuercen aspectos positivos, visibilicen las realidades de una manera sensible  y sobre todo que contribuyan desde el lenguaje a eliminar las barreras o situaciones que promueven el odio. El reto es muy grande pero no es inalcanzable.

Como lo he mencionado, leer un titular o noticia negativa puede generar que las personas de la Diversidad Sexual tengan miedo, vivan situaciones de ansiedad, pierdan la esperanza e incluso piensen en situaciones negativas, al contrario los  mensajes positivos brindan certeza, reafirman modelos propositivos y proactivos, generan expectativa, promueven la inclusión, el respeto y contribuyen a generar una sociedad menos discriminatoria, más inclusiva en la que quepamos todas y todos.

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