Tío Gamborimbo, en mi trabajo, mi nuevo jefe es una jotototota horrible, malhumorada, naca, pretenciosa, de lo peor, ¡no la soporto! Cada vez que me llama por el altavoz de la tienda, siento que se me ponen los pelos de punta y no me puedo concentrar en mi trabajo. ¿Qué hago para superar la presencia incómoda de una persona tan despreciable? Arturo, DF, 22 años.
Por lo que leo, este se trata de un típico caso de conflicto laboral gay al interior de una tienda departamental. Desde los grandes almacenes, hasta los tianguis de ropa de segunda mano, las pugnas de poder entre homosexuales están a la orden del día.
Las personas están acostumbradas a ver sus peores defectos reflejados en otras personas, por eso intuyo que todo esto es un problema de egos sodomitas que luchan por opacar el uno al otro. Quizás será hora de reconocer que ha llegado una «jototota horrible», malhumorada, naca y pretenciosa ¡más! peor que tú. Deja de patalear.