
El fisting o fist fucking es la práctica sexual consistente en la introducción parcial o total de la mano en el recto o la vagina de la pareja.
Dado que es una práctica extrema, se deben tomar en cuenta algunas consideraciones para evitar los desgarros anales u otras lesiones que pueden poner en riesgo la vida.
Algunos casos de fisting que han salido mal, primero se presenta una hemorragia abundante e inmediata, por lo que el afectado debe ser llevado a urgencias.
Lo anterior puede hacer necesaria una intervención quirúrgica urgente. Sin embargo, por si mismo el fisting puede causar afecciones como incontinencia fecal, fístulas, laceraciones en las mucosas y lesiones internas tanto en el recto como en otros órganos.
Sin contar con el llamado prolapso rectal, que comúnmente se asocia con la expresión de «dejar el calcetín de fuera» lo que ocurre cuando la última parte del intestino grueso (el recto) sufre un estiramiento y sobresale del ano.
Cómo dar puño aminorando los riesgos
1. La higiene es fundamental, pues cuanta menor sea la presencia de restos fecales, menor será la probabilidad de infecciones.
2. Uñas cortas, sin anillos ni pulceras que puedan lastimar y si es posible mejor usa guantes de látex.
3. No te limites con el lubricante a base de agua y/o silicona (nunca aceite).
4. La postura es muy importante, para conseguir una posición similar a la de una hamaca con el fin de lograr la penetración con el menor daño posible.
5. Si lo puedes evitar, di no a los poppers, ya que con tal de aminorar el dolor o aumentar el placer, se te puede pasar la mano, valga la redundancia, algo que es tan riesgoso como el fisting mismo.
¡Feliz ano nuevo!
Pero aún si ya se te salió… de control la situación, tranquílizate, el médico tiene la última palabra y una cirugía puede devolver tu cucu a su lugar.
Sin embargo, la cirugía por sí misma, también presenta riesgos como:
- Sangrado
- Obstrucción intestinal
- Daño a estructuras cercanas, como nervios y órganos
- Infección
- Fístula (una conexión anormal entre dos partes del cuerpo, como el recto y la vagina)
- Reaparición del prolapso rectal
- Disfunción sexual
- Desarrollo de estreñimiento nuevo o empeorado
Un especialista, determinará cuál es la mejor forma de proceder, pero en general, estas son las tipos de cirugía que se realizan en estas situaciones.
- Reparación del prolapso rectal a través del abdomen. Mediante una incisión en el abdomen, el cirujano tira del recto hasta colocarlo en su lugar.
- Cirugía laparoscópica de prolapso rectal. Este procedimiento también se realiza a través del abdomen mediante varias incisiones más pequeñas.
- Reparación de prolapso rectal a través del área que rodea al ano . En la forma más común de este procedimiento el cirujano tira del recto a través del ano, extrae una porción del recto y del sigmoide y une la parte restante del recto al intestino grueso (colon). Esta reparación se reserva típicamente para aquellos que no son candidatos para una reparación abierta o laparoscópica.
- Reparación de prolapso rectal a través del perineo. Se usa más comúnmente para los prolapsos cortos. Se extrae el recubrimiento del recto y se dobla la capa muscular para acortar el recto.
Ahora que sabes que es posible reparar el ano y el recto, también debes saber que la reaparición del prolapso rectal después de la cirugía ocurre en cerca del 2 % al 5 % de las personas.
Y claro, toma en cuenta que toda práctica sexual conlleva responsabilidad más aun si se trata de una práctica de riesgo o extrema.
Y no olvides consultar a tu médico.
Con información de MayoClinic.org.