Alan Turing, (1912-1954) fue hombre con una mente muy brillante. Reconocido como genio informático, se movió en campos tan dispares como las matemáticas, la filosofía, la biología, la química y podría decirse que la ciencia en general, también es conocido como uno de los padres de la computación moderna, colaboró con la inteligencia británica para romper el código de la máquina Enigma de los nazis, lo que contribuyó a la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Este 23 de junio se cumplen 110 años de su nacimiento.
Turing demostró su pasión por el deporte y participó en maratones obteniendo muy buenos resultados.

Su primer amor fue Christopher Morcom, el cual conoció en la escuela y al cual nunca le dijo de su amor ya que murió de tuberculosis muy joven. Este hecho hizo que Turing perdiera la fe y se volviera ateo, influyendo incluso su forma de pensar.

A pesar de ese trabajo, Turing fue perseguido por los servicios secretos y condenado a la castración química en 1952 por su relación con otro hombre.
Este 2022 se cumplen 70 años de su muerte, el 8 de junio de 1952 por la mañana, un día después de su fallecimiento, se halló su cadáver en la cama, y junto a él, una manzana con cianuro mordida. El informe oficial concluyó que fue un suicidio, emulando uno de sus cuentos favoritos: «Blancanieves y los siete enanitos». Hay quienes señalan otras posibles causas –accidente, asesinato-, pero no cabe duda que fue una muerte provocada por la homofobia.
En marzo de 1952, Turing fue condenado por un juez a recibir un tratamiento con estrógenos para «curar su homosexualidad”. Este tratamiento le afectó física y psicológicamente. De esta forma, el odio y la intolerancia impidieron que la humanidad disfrutara de las maravillas que hubiera construido la mente que demostró el primer problema de indecibilidad, que sentó las bases para la computación moderna, que fundamentó la inteligencia artificial, y que anticipó en varios años la victoria del Ejército Aliado en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a sus desarrollos criptográficos, Alan Turing salvó incontables vidas. La reina de Inglaterra anunció el perdón póstumo a su condena en 2013.