MONTERREINA.- La Ley Olimpia es una legislación actualmente en vigor en 28 entidades federativas de México, que busca combatir la violencia digital y la exposición de imágenes y videos íntimos sin consentimiento en internet.
Dicha ley, fue iniciativa de la activista Olimpia Coral Melo, quien en 2018, logró la aprobación en el Congreso local de Puebla, luego de ser víctima de lo que se conoce como «pornovenganza», es decir, violencia digital emprendida contra su persona, en razón de su género y utilizando fotografías y videos exhibiendo su intimidad.
Y aunque es un hecho que la violencia digital, es en su gran mayoría un fenómeno que propician hombres contra mujeres, lo cierto es que dentro de la Comunidad LGBT+ también se dan casos de este tipo de violencia. Principalmente entre los hombres gay.
En este sentido la Ley Olimpia también protege a las personas sin importar su orientación sexual o su identidad de género, ya que es precisamente entre estas poblaciones donde menos se denuncian delitos como los que sanciona dicha legislación.
Manifestaciones de la violencia digital
Las dinámicas de ligue entre hombres, esconden prácticas de abuso y violencia, por ejemplo:
Catfishing: Es una actividad engañosa en la que una persona se crea una cuenta de usuario o perfil falso en una red social, normalmente con el objetivo de estafar para obtener beneficios económicos, comprometer a la víctima de alguna manera o simplemente para trolear o cumplir algún deseo en concreto.
Sexting: Es una práctica que consiste en enviar mensajes con contenido erótico a través de dispositivos tecnológicos de manera voluntaria . Esta práctica ha cobrado popularidad por el intercambio de fotografías o videos en poses eróticas o de desnudos . Sin embargo, esta es la forma más común en que un agresor obtiene material sensible sobre su víctima. Asi también cuando alguien comparte fotos o videos de otras personas sin su consentimiento, se le denomina sexting no consensuado.
Grooming: Los comportamientos de grooming pueden incluir el establecimiento de una relación de confianza de un adulto con un niño o adolescente, mediante regalos, cumplidos, y conversaciones sexualmente explícitas. El objetivo final del groomer es una relación sexual con el menor, y puede utilizar la manipulación emocional para persuadirle a realizar actividades sexuales con ellos. El grooming es considerado un delito en muchos países y puede tener graves consecuencias legales para el adulto y emocionales para los menores de edad.
De esta forma, es común en las redes sociales que estas tres prácticas se manifiesten repetidamente en situaciones en las cuales, hombres mayores, (grooming) utilicen identidades falsas (catfishing), para hacer que menores de edad les compartan fotos o videos de contenido sexual (sexting).
Casos como el anterior, han sido señalados numerosas veces por víctimas mujeres, con poca eficacia de las autoridades, pero con mayor ineficacia cuando las víctimas son hombres quienes además se enfrentan a numerosos prejuicios, independientemente de su orientación sexual.
Por tal motivo, resulta sustancial para la disminución de dichas prácticas de manipulación y abuso que las víctimas denuncien y que las autoridades, cumplan sus funciones a cabalidad y protejan de la revictimización a quienes se ven en tales situaciones.
La exposición de imágenes íntimas sin consentimiento, conocida como «porno venganza», ha sido una práctica común en contra de personas LGBT. En muchos casos, estas imágenes son utilizadas como una herramienta de intimidación y discriminación, lo que puede afectar la vida personal y profesional de la persona afectada.
La Ley Olimpia busca proteger a las personas LGBT y a cualquier otra persona que sea víctima de la violencia digital. Entre las medidas que establece esta ley se encuentran la creación de un registro estatal de agresores sexuales y la imposición de sanciones penales y civiles a quienes cometan delitos digitales.
La adopción de la Ley Olimpia en varios estados de México es un paso importante para proteger los derechos de la comunidad LGBT. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para combatir la discriminación y la violencia que enfrentan las personas LGBT en México y en todo el mundo. La comunidad LGBT sigue luchando por sus derechos y por la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad.