
Nuevo León, tendrá más candidaturas de integrantes de la Comunidad LGBT+ que nunca. «Haiga sido, como haiga sido», todo gracias a una valiente acción afirmativa, sin precedentes.
El excepcional periodo electoral, se caracteriza, además por lo que se ha anticipado, como una dura competencia, entre las alianzas encabezadas por el PRI y Morena.
Lo anterior, se traducirá en una batalla en todos en todos los campos y segmentos , hablándole a todos los electores, incluidos los LGBT.
Por lo que, además de las políticas afirmativas que les obligan a presentar candidatos LGBT, los partidos preparan a sus candidatos para hablarle al elegebeterío.
Sin embargo, los políticos son como Bambis en el hielo cuando se trata de abordar el discurso pro LGBT. Muchas veces, sus propias inseguridades se han manifestado en lo que apoyan o rechazan, o en la forma en que entienden los problemas y por lo tanto proponen las soluciones.
Otro asunto es que, la diversidad de este contingente elegebetero es multipartidista y que sus integrantes sólo comparten la jotería, no así, las corrientes políticas por las que buscan un puesto de representación popular.
Estas candidaturas LGBT, no son las primeras en Nuevo León, pero sí son las más inclusivas, al ser al ser el debut de los candidatos independientes LGBT.
Esto, desde lo lejos parece una bocanada de aire fresco, que nos presenta por primera vez, a la verdadera Diversidad Sexual, en la boleta electoral.
Desde el veterano prinosaurio, hasta el novel millennial independiente, pasando por el escurridizo, panista gay discreto de clóset o el más raro aún, orgulloso homosexual provida de cresta amarilla y verde.
Inclusive, veremos casos donde más de un candidato de la Comunidad LGBT está compitiendo por el mismo distrito electoral. ¿Qué nos vaticina todo esto?
Imposible saberlo, toda vez que, nunca antes, un escenario así se había presentado.
Sin embargo, de algo podemos estar seguros: La orientación sexual o identidad de género, no hace a nadie más o menos apto para gobernar.