Luego de los conflictos políticos y hasta personales que dieron origen, por primera vez, a dos autoproclamadas marchas de la Diversidad, en Monterrey, en 2018, la Ciudad, volvió a ver unida a la Comunidad LGBTTTIQ en una sola manifestación, el pasado 1 de junio.
Este 2019 no fue electoral en el estado y el Movimiento por la Igualdad Nuevo León, logró, ahora sí, cohesionar a la Comunidad LGBT y condujo hacia un costado del Palacio de Gobierno a los miles de participantes en la Marcha de la Diversidad.
La Explanada de los Héroes, frente al Palacio de Gobierno Estatal, esta ocasión estaba ocupada por una réplica de la Capilla Sixtina, instalada ahí por las autoridades neolonesas, sin importar la afrenta al Benemérito de las Américas, cuya estatua quedó opacada por la enorme estructura, que también impidió la realización habitual, del festival de cierre de la Marcha, en el centro de la gran plaza.
Sin embargo, este asunto, también posibilitó que la ruta de los manifestantes, cambiará de la calle Zuazua a Zaragoza, la cual pasa frente al Congreso de Nuevo León, donde las batallas del activismo LGBT local, se han librado contra el clásico conservadurismo regio.
Y es verdad, otra de las razones que re-unificaron al Movimiento LGBT fue la aparición en el escenario público del diputado local por Morena, Carlos Leal, lord oscuro de la homofobia cuya ignorancia recalcitrante ha opuesto resistencia tanto al Matrimonio Igualitario, como a la escena Drag Queen de Monterrey, a partir de la «Drag Story Hour», en donde, a juicio del legislador y el conservadurismo regio, se ha cometido el delito de «corrupción de menores», por las dragas participantes que leyeron cuentos a los niños. Por esto es que una iniciativa de ley y una demanda, ambas sin fundamento, están en proceso.
Con la legalización, en febrero pasado, del Matrimonio Igualitario en el estado, a partir de un fallo judicial, la Comunidad LGBT local, celebró dicho avance y respaldó más que siempre a las drag queens locales, en este nuevo frente contra la dragfobia, la que en Nuevo León es representada ignominiosamente por Carlos Leal.
En el pasado quedaron los enfrentamientos entre activistas locales. Los tanates del diablo permanecieron intactos, la mentada «estafeta» del Movimiento, volvió cual boomerag a las manos originales, y todas y todos salieron juntos a marchar por décimo noveno año consecutivo, en favor de la visibilidad de la Comunidad LGBT y sus derechos.