NUEVA YORK.- En 1990, en el clímax de su carrera, Madonna emprendió su “Blond Ambition Tour”. Compartiendo el escenario con siete bailarines masculinos. Todos súper fans de gran talento.
El Vaticano describió el espectáculo como satánico. Al año siguiente se estrenaría su documental “ Truth or Dare” (En la cama con Madonna) Una selección de escenas de la estrella y sus bailarines divirtiéndose, besándose y en el caso de Madonna, realizando sexo oral con una botella de vino.
Un noticiero de la época declaró en estado de shock: «¡Incluso hay escenas con dos hombres besándose!»
Parte de ese material revive en “Strike a Pose” , que toma esos bailarines y lo que pasó con ellos después. Todos menos uno, el bailarín de hip-hop de Nueva Orleans Oliver Crumes III, eran gays y ninguno era de raza blanca. Dos de ellos, José Gutiérrez y Luis Camacho, fueron sacados directamente de la escena vogueing de Nueva York, el mundo de la danza gay subterráneo que inspiró a la exitosa Madonna en “Vogue”.
“Strike a Pose” revela que tres de ellos también habían sido diagnosticados con VIH antes de unirse a la gira, en una época en que se equiparaba el diagnóstico con un informe de muerte.
El documental se estrenará el 26 de mayo próximo.
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