
GINEBRA.- La idea de que el sexo pueda ser adictivo, ha rondado la mente humana desde hace milenios, y sabemos que el sexo es uno de los muchos instrumentos que la humanidad ha utilizado para aliviar el aislamiento, la apatía y la tensión; para solucionar los conflictos, conseguir poder y encontrar una vía de escape; o para adquirir una seguridad emocional o espiritual falsa.
Sin embargo, en medio de los recientes cambios que han motivado a la Organización Mundial de la Salud, (OMS) a incluir a la adicción a los videojuegos en su lista de tratornos mentales.
El organismo internacional supeditado a la ONU, ha incluído la adicción al sexo en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (ICD), un manual para diagnosticar y tratar diversos trastornos físicos y mentales.
Según dicha Clasificación, para considerar a un paciente, adicto sexual, éste debe atravesar un trastorno con una duración de al menos seis meses caracterizado por experimentar una angustia considerable como resultado de su necesidad de sexo.
El documento define la adicción al sexo como “un patrón persistente de falla para controlar los impulsos sexuales intensos y repetitivos que resultan en un comportamiento sexual repetitivo”.
Por otra parte, aquellas personas que tienen mucho sexo con varios compañeros de una manera que se considera “saludable”, es decir, que no eluden ninguna responsabilidad personal ni afrontan angustia o se la generan a sus parejas o a sus familiares, no calificarían como “adictos al sexo”.
En nuestro país existe el grupo Sexólicos Anónimos México, el cual busca, sin aproximaciones religiosas, la «sobriedad sexual» de sus integrantes.
Con información de Gay Times Magazine.