Sin duda, como sociedad, ya dejamos atrás la etapa en que los hombres no dejaban ni que les miraran el culo. Pero los jockstraps han acabado con eso.
Aunque desde mucho antes, los jockstraps, o suspensorios, son conocidos en los deportes y en la danza, para dar libertad de movimiento, lo cierto, es que ahora, no tienes que ser deportista ni bailarín, para levantar tu paquete y liberar tus nalgas.
De hecho, fue en el siglo XIX que esta maravilla fue inventada. Su creación ocurrió en 1874 por C. F. Bennett, quien laboraba en una empresa de artículos deportivos de Chicago, llamada «Sharp & Smith».
Originalmente el invento, buscaba brindar comodidad y apoyo a los ciclistas que trabajaban en las calles adoquinadas de Boston, pero fue hasta 1897, la Bike Web Company de la cual Bennett era el propietario patentó y comenzó a producir en masa los jockstraps para ciclismo.
Inicialmente, fueron creados para proteger los testículos y el pene durante los deportes de contacto u otra actividad física vigorosa pero eventualmente pasaron a ser prendas de seducción masculina.
Su nombre proviene del inglés «jock» (forma de referirse al pene) y «strap» (correa).
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