
CUERNAVACA.- Hoy, la comunidad LGBT+ de México está de luto. Henri Donnadieu, el visionario fundador del icónico bar «El 9» en la Zona Rosa de la Ciudad de México, falleció a los 82 años en su hogar en Cuernavaca, Morelos.
Su partida, confirmada este 12 de agosto por colectivos y medios como Anodis y Revista Dominga, deja un vacío inmenso, pero también un legado eterno que sigue inspirando a generaciones.
Nacido en 1943 en la Costa Azul, Francia, Henri llegó a México en 1976 con un sueño que cambiaría la historia de la diversidad sexual en el país. Junto a su pareja, Manolo Fernández, transformó el restaurante «Le Neuf» en «El 9», el primer bar abiertamente gay de México, inaugurado el 23 de enero de 1977 en Londres 156, Zona Rosa.

En una época donde la represión y el estigma eran la norma, «El 9» fue un refugio, un espacio de libertad donde la comunidad LGBT+ podía ser sin miedo.
Aquí nacieron noches legendarias con bandas como Caifanes y Café Tacvba, y figuras como Juan Gabriel y María Félix cruzaron sus puertas, rompiendo barreras sociales.
Henri no solo creó un bar; forjó un movimiento. «El 9» fue un faro de resistencia durante los oscuros años 80, enfrentando redadas y clausuras, pero también sirviendo como centro de apoyo tras el sismo de 1985 y en la lucha contra el VIH/SIDA.
Su activismo silencioso, pero poderoso, desafió la homofobia y dio voz a una comunidad silenciada. Su vida inspiró la serie Tengo que morir todas las noches (2024) y la exposición «Las noches del 9» en el Museo del Chopo, recordándonos que la noche siempre fue suya.
Para Monterrey, el legado de Henri resuena en cada espacio que hoy celebra la diversidad, desde los bares de la ciudad hasta los colectivos que luchan por la inclusión.
«El 9» nos enseñó que la visibilidad es resistencia, una lección que sigue viva en el orgullo regio. Hasta siempre, Henri. Gracias por darnos una noche donde siempre pudimos brillar.