Aunque Trump ha intentado eliminar los avances en materia de Derechos LGBT, luchó en casos judiciales contra la igualdad LGBT y nombró opositores a este derecho en cargos de su administración, la nueva campaña de reelección del presidente de Estados Unidos, ha intentado llegar a los votantes LGBT.
Uno de esos mensajes es la campaña de Trump para poner fin a la criminalización de la homosexualidad en todo el mundo donde una idea trató de imponerse, que Trump es » el presidente más pro-gay en la historia de Estados Unidos «, asunto que rápidamente fue desmentido por numerosos activistas, quienes señalaron que la campaña realmente no ha hecho mucho más que un par de reuniones, «No era más que una serie de fotos de Twitter de autopromoción» detallaron.
Por su parte el propio Trump dijo en 2019 que no sabía sobre la campaña para despenalizar la homosexualidad, y lo cierto es que su administración posiblemente ha obstaculizado los esfuerzos para promover la igualdad LGBT en todo el mundo.
El caso más visible fue cuando la administración Trump trabajó para reescribir la ley internacional de derechos humanos para enfatizar la «libertad religiosa» sobre la igualdad LGBT, además de la prohibición a las embajadas de mostrar la bandera de la diversidad.
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