MONTERREINA.- La noche del pasado viernes, se vivió el tercer episodio de la cuarta temporada de Regias del Drag. Entre drag queens caracterizadas de distintos personajes locales, nacionales y del mundo, el tema de la noche era uno que toda drag queen que se respeta debe dominar: la imitación.
Las anfitrionas del evento, Mamá Bree y Ana Dalay, estaban caracterizadas de Karla Panini y Karla Luna, las famosas lavanderas de Telehit. Cabe destacar que ambas lavanderas empezaron siendo buenas amigas, para terminar enemistadas por un pelado.
La que se encargó de abrir la noche fue la bella Jacy Zeppelin, quien ofeció un maquillaje encantador, y sincronización en sus movimientos. Al terminar, el jurado le dio algunos consejos para mejorar su drag.
Glory Gorgeous fue una grata sorpresa de la noche: imitó a Gloria Trevi haciendo lip sync de «Zapatos viejos» y «Doctor Psiquiatra», culminando con un enérgico performance, aventando cerveza al público y al jurado.
La Mort fue la encargada de abrir la competencia oficial: se llevó buenas críticas al imitar a la nueva ganadora de Monterrey Drag Project (PH Producciones), Soro Nasty. Al finalizar, Gvajardo le tiró la pregunta: «¿Crees que lo que has presentado es suficiente para ganarle a Job Star en una final?». Uy.
Andrómeda hizo justicia a Born This Way, con maquillaje y vestuario bien producido, aunque casi se cae con tremendas plataformas que traía puestos.
Arantza hizo de Federica Peluche, y dividió al público entre gritos de «qué perra mi amiga» y «ah ok», y es que los gestos y movimientos corporales de Arantza no empataban con la energía de la voz de Consuelo Duval.
Ferreiratron derrochó ímpetu al imitar a Hannah Montana, a quien le dio un corto circuito para convertirse en la perra que hace twerk que tanto nos fascina, Miley Cyrus. Aún así, y con su energía, fue a dar al bottom three.
La Dior ofreció un look impecable de «El Pirruris», personaje del actor Luis de Alba, sin embargo su performance resultó plano para los asistentes, a pesar de que su imitación de imagen del personaje era hilarante.
Ramona Black interpretó a Milky Mami con sus poses icónicas y ciertos eventos que sucedieron durante su paso por Regias (como el famoso beso negro que le dió a su pareja en el escenario). Mientras hacía su performance, apareció la verdadera Milky Mami a reclamar su autoría, llamando a Ramona una impostora y terminó lanzándole leche.
Insomnia nos trajo a unas de las primeras brujas mexicanas que luchó en la reivindicación femenina en el país: Pita Amor. Con un gran sentido del humor, manejó una combinación de Pita Amor y Catalina Creel. Lamentablemente, no muchos asistentes entendieron el show, e incluso el jurado, en su propia ignorancia, preguntó: «¿Quién es Pita Amor?». Así las cosas.
Gracie Grace, la ganadora de la noche, se llevó los aplausos de todos al salir imitando a Leah La Osa. Nos llevó hasta su paso por Regias del Drag Temporada 1 hasta el Japi Drag Race, en donde no quedaría invicta. Al final, Leah La Osa ganaba una corona, para sólo despertar y darse cuenta que era todo un sueño.
Jarbu de Jermu ofreció a una Reina Malvada de Blancanieves para después convertirse en Sandy Crisp (Obedece a la Morsa) y terminar haciendo lip sync de Amy Winehouse. Todo perfectamente ejecutado.
Para cerrar, Conchita Grande, hija de Mariana Grande, salió imitando a Rihanna con un hermoso abrigo de peluche color verde esmeralda. Al final, se desgarraría a ella misma para mostrar un mensaje escrito en su blusa: «Stop the Violence».
Al bottom three se fueron Arantza, Ferreiratron y Conchita Grande. Esta última por haber entregado tarde su mix, cosa que Mamá Bree dejó en claro: «la chica que entregue tarde su mix, se va a eliminación, sin importar qué tan bien lo haya hecho».
Arantza resultó eliminada, y Gracie Grace se llevó el labial de oro, pues su performance fue el más aplaudido de la noche.
Y así, poco a poco, Regias del Drag se va abriendo camino a su cuarta temporada. Ahora sólo quedan nueve drag queens, y quedan siete episodios más para saber quién será la próxima reina de Regias del Drag. ¿Será que el sesgo no triunfará esta vez?