La comunidad LGBT+ lucha por sus derechos humanos frente a la discriminación y la violencia que sufren por su orientación sexual, identidad de género o características sexuales. Muchas leyes y actitudes les niegan la dignidad, la libertad y la igualdad que merecen como personas.
La historia de la lucha LGBT+ tiene hitos como los disturbios de Stonewall en 1969, el reconocimiento del matrimonio igualitario en Holanda en 2001 o la despenalización de la homosexualidad en India en 2018. Sin embargo, también ha sufrido ataques violentos por parte de grupos homófobos, transfóbicos e intolerantes.
Algunos ejemplos de violencia son el atentado contra el club nocturno Pulse en Orlando en 2016, donde murieron 49 personas; la represión policial contra la marcha del orgullo gay en Estambul en 2017; el asesinato de Marielle Franco en Río de Janeiro en 2018; la persecución y tortura de personas homosexuales y bisexuales en Chechenia desde 2017; o los homicidios de personas transgénero en México.
La comunidad internacional tiene el deber de proteger y promover los derechos humanos de todas las personas, sin discriminación alguna. La diversidad sexual y de género es una realidad humana que debe ser respetada y celebrada. Como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas: “Mientras las personas estén sujetas a la criminalización, los prejuicios y la violencia a causa de su orientación sexual, su identidad de género y sus características sexuales, debemos redoblar esfuerzos para poner fin a estas violaciones”.