Una de las mutaciones más peligrosas e infecciosas del discurso de odio en todo el mundo, es la ideología trumpiana: combinación altamente tóxica de machismo, xenofobia, megalomanía y nacionalismo supremacista blanco; Un caldo de cultivo producto de la degradación política en los Estados Unidos.
Tras incubarse al interior de los grupos republicanos, durante cuatro años y de cara a la ambicionada reelección presidencial, el discurso demagógico, populista y de odio de, Donald Trump, provocó una pandemia de ceguera e irracionalidad que afectó a al menos a 74 millones de estadounidenses. Los que votaron por él.
La metástasis trumpiana, tuvo lugar tras las elecciones en noviembre. Incapaces para distinguir el engaño, que apela al nacionalismo blanqueado gringo, miles de personas, actuaron conforme a las falacias del presidente.
Tal radicalizaron, desde el conservadurismo, sirvió para tomar el Capitolio con violencia, en un intento para acabar con su propia democracia, sólo para mantener a Trump en la Casa Blanca. «Terrorismo doméstico», le dicen.
La falsa pandemia
El fraude electoral, consistió en hacerle creer a los votantes que había un fraude electoral, algo, para lo que nunca se aportaron pruebas, pero que, sin embargo, fue llevado a numerosos tribunales, federales y estatales, siempre con el mismo resultado: Donald Trump perdió, Joe Biden, ganó.
Por el contrario, de lo que sí se aportaron pruebas, fue del shock trumpiano, que atacó a los sistemas electoral y judicial.
No obstante el deslinde de Trump, numerosos integrantes de la turba que participó en «la desacralización de la casa del pueblo», aludieron al ahora ex presidente, como quien los incitó a alzarse contra el poder legislativo estadounidense.
Algo extra que lo unió aún más, a la maquinación de dicho golpe de estado y que lo acercó al impeachment o revocación de mandato, incluso después de haber dejado la Casa Blanca.
Rechazan la vacuna contra Donald Trump
Sin embargo, los republicanos, empeñados en desacreditar una realidad, la de la pandemia, al mismo tiempo alimentaban una falacia, la del fraude.
Fue así que Donald Trump pudo evitar el segundo impeachment, pero al hacerlo, los conservadores, impidieron que se vacunara a su país contra el discurso demagógico de Donald Trump.
Algo que pavimenta su camino de retorno a la contienda electoral en 2024, con el Partido Republicano o sin él. Una situación que comienza a alarmar, pues es garantía de que Trump, seguirá difundiendo falacias y su discurso de odio.