Bárbara Wellch: Una reina travesti entre drag queens

Bárbara Wellch: Una reina travesti entre drag queens

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"Hasta para decir mierda hay que tener gracia", sabias palabras de Bárbara Wellch (Fotografía: Jordan Calderón).

La diferencia entre ser travesti y ser drag queen está marcada por un trazo muy difuminado: el show business se ha encargado de separar y dejar en claro sus disparidades en muchas ocasiones, pero, ¿en qué momento una travesti se convierte en drag queen y viceversa?

Bárbara Wellch es un personaje que se ha desenvuelto tanto en la cultura drag queen como en los shows travesti de Monterrey. Conductora por decisión y reina travesti por amor, a Bárbara le encanta su trabajo. Es admiradora de la Gala Drag Queen de las Palmas de Gran Canaria, conoce los retos de ser travesti y de ser drag queen, ha vivido las aperturas y clausuras de bares emblemáticos para la diversidad sexual en Monterrey, y ha visto surgir a algunas de las Drag Queens regiomontanas más solicitadas a nivel nacional.

El equipo de Ulisex se dio a la tarea de entrevistarla, para conocer más sobre la cultura emergente de Drag Queens en Monterrey, así como su trayectoria profesional, que la ha llevado a trabajar en distintas partes de México.

Bárbara Wellch (Fotografía: Jordan Calderón).

Entrevista con Bárbara Wellch

E: ¿Cómo surge el personaje de Bárbara?

B: Fue hace 15 años, y todo era un juego en ese entonces. Yo tenía un grupo de amigas, Lina Banks y Gina Fascovich, que se dedicaban desde hacía tiempo a dar shows, pero para fiestas de amigos. Un día me invitan para hacer una presentación, y les digo «estoy bien pendeja para dar show», pero me insistieron, «ay bueno ándale Bárbara, conduce el evento por favor», y ellas terminaron vistiéndome y maquillándome, porque en ese entonces ni maquillarme sabía.

Total, era el cumpleaños de un amigo de nosotros, y así empezamos. ¡Yo era la payasa! En aquél entonces tenía yo un negocio de shows infantiles, y me pedían trabajo para despedidas de solteras, baby showers, fiestas infantiles, etc., y así empezamos a vender los shows travestis.

Siempre que organizábamos algo, tenía que contratar a alguien para conducir el evento, y a veces las chicas que contrataba me parecían muy sonsas, así que me compré una peluca y me puse a conducir yo. Me gustó ser conductora y así me quedé. Primero con shows para eventos privados. Con el tiempo, se presentó la oportunidad de presentarme en Parking: en aquel entonces, Lina Banks era la directora de espectáculos del lugar, y un buen día me propone conducir uno de sus eventos ahí.

En un principio no quería, pero me convenció. Mi primera vez en Parking fue un viernes, y ella quería que yo fuera todos los viernes, porque todos los viernes y sábados, ellas tenían shows ahí. En aquel entonces estaban Lina, Gina y Randa: una de las primeras Drag Queens de Monterrey que por cierto era voguera. En esa época, Leo Palacios (Ronda) era la Drag Queen de Parking, y siempre llevaba dos bailarinas con él. Muy perra era ella.

En aquel tiempo, yo le atendía las chicas de un bar a un señor que en ese entonces tenía muchos table dances, y era yo quien acarreaba a las huercas, porque a veces eran bien huevonas para putear. De lunes a jueves yo trabajaba con este señor hasta la una de la madrugada. Viernes y sábados me quedaba hasta las cinco de la mañana atendiendo a estas chicas, y por eso se me complicaba ir a Parking.

Le pregunto yo al señor este que si me da chanza de ir a Parking, «¿para qué?», me pregunta él, «para conducir un evento», le respondí yo. Él lo pensó, y me dijo «bueno pues que te lleve el chofer y te traiga de vuelta». Entonces yo me arreglaba en el table y me iba para Parking. Ya estando ahí, subía al escenario, hacía mi numerito, presentaba a las chicas y órale, adiós, me regresaba al table donde trabajaba.

Me aventé un año así. Hasta que un día Lina me dijo que también me ocupaba los sábados, así que empecé a dar shows viernes y sábados. Ya después, se hizo el primer concurso «Travesti Amateur Parking», y se hacía los jueves.

Al principio los organizaba Lina Banks, y luego nos quedamos nosotros, pues Lina se salió de Parking. Empecé a ir los jueves, y sin darme cuenta ya estaba presentándome en el antro jueves, viernes y sábados. Pero como yo seguía trabajando en los tables, nada más iba a cubrir el evento y me regresaba a trabajar con el señor.

Un año después de esto, Parking quería que nos presentáramos ahí cuatro días a la semana. Bendito Dios éramos de las mejores pagadas en ese entonces.

Bárbara Wellch (Fotografía: Jordan Calderón).

E: ¿Qué año era cuando todo esto ocurrió? 

B: Empezó en 2002. Antes de este año, en Monterrey había exclusivamente shows travesti. No se conocía mucho del concepto de Drag Queen, y la verdad es que serlo en ese tiempo era más difícil que ahorita. Por ejemplo hacer el mix: hacer un mix era una cosa complicada, porque tenías que combinar distintos géneros y antes no había muchos lugares donde conseguir música variada.

En las Marchas por la Diversidad Sexual de Monterrey salían algunas Drag Queens a manifestarse, como Lilith (Alfredo Báez). Era muy diferente. No había tanta Drag Queen como ahorita, y es que ahora el género drag quiere agarrar un auge, pero en lo personal siento que estamos muy verdes todavía para que eso pase aquí en Monterrey.

Yo era seguidor de la Gala Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria. Aquello, para mí, era arte Drag Queen. Y en ese entonces, ser Drag Queen estaba enfocado más a este estilo escénico europeo, no tanto al estilo americano. Todas pelonas, maquilladas genial, mucho brillo, lencería, alas, tocados en la cabeza, ¡ay! Era otra cosa. Ahorita no, todo está muy americanizado.

E: ¿Cuándo dejaste de trabajar en Parking?

B: En el 2014, cuando cerró definitivamente. La situación estaba muy difícil por la inseguridad. Pero poquito antes de que lo cerraran, me habían hablado los de Rouge.

E: Alguna vez fuiste muy popular como María Julia, pero te llamas Bárbara Wellch, ¿entonces por qué te decían María Julia? 

B: Una vez un joto me gritó: «¡María Julia!, ¡María Julia», y yo de pendeja lo repetí sobre el escenario y se me quedó. Y como en ese entonces usaba una peluca castaña cortita, decían que me parecía a María Julia Lafuente (una conductora de noticias de la TV local).

Bárbara Wellch (Fotografía: Jordan Calderón).

E: ¿Qué personalidades surgieron de los «Travesti Amateur Parking»? 

B: De los concursos «Travesti Amateur Parking», salieron Rudy Reyes, que se presenta en Muxets; Turbulence, que se presenta en Rouge. Antonella también, y ella se hizo toda una muñequita con negocio propio. Son muchas que ahorita ya tienen planta en varios lugares, y saber que fui parte de un proceso en donde estas chicas se dieron a conocer, me hace sentir bien conmigo misma.

E: ¿Cómo percibes ahorita al público de Monterrey en comparación a hace 10 años?

B: Hay una diferencia en la audiencia, ahorita hay más apertura respecto a estos temas. Los chavos de ahora no batallan tanto como hace 15 años. Antes salir vestida a la calle era muy peligroso. La policía te hostigaba, te levantaba, y las personas eran muy groseras contigo. Lo más seguro era salir vestida en la Marcha de la Diversidad Sexual.

E: ¿Participaste en la Primera Marcha por la Diversidad Sexual de Monterrey?

B: No participé en la primera marcha, pero sí en la segunda, y seguí yendo todos los años. Sólo a dos no he ido: en una estaba trabajando en Acapulco, y en otra también andaba fuera. Ahora en la de este año no quise participar, con todo el desmadre de la organización, que si una era la marcha buena y la otra la mala, preferí mantenerme al margen.

E: ¿Qué satisfacciones te ha dejado ser conductora? 

B: Ser travesti me ha dado muchas satisfacciones, en especial económicas, siempre le digo a las chicas que no se malbaraten, hay que saber venderse. Gracias a Dios en todos lados me reconocen, nunca me han cerrado las puertas, y así como he conocido a gente maravillosa, también he conocido a gente muy liosa, que no le gusta mi trabajo, que ya pasé de moda, etc.

Hasta para decir mierda hay que tener gracia. Hay muchas que me han copiado el estilo para conducir. No se vale ser grosera con el público, ni decir tonterías nada más por decirlas. Hay muchas que tienen pedos con el mayate, con el marido, y van y se desquitan con el primero que se les ponga enfrente, y eso no es ser profesional.

Soy la primera que ha pisado un casino para bugas con show travesti. Fue el Casino Foliatti, el que está sobre Miguel Alemán a la altura de la Av. Ruiz Cortines, ahí estuve todos los jueves, por tres meses. Empecé en el de Allende, Nuevo León y después continué en el de Guadalupe. Eso fue un parteaguas, porque ya contratan a Drag Queens en casinos. Fui la primera travesti que invitaron para un concurso de imitadores con jurado. Íbamos todo tipo de personalidades.

También me han invitado como jurado a shows drags. Tengo una opinión muy personal sobre los concursos drags y ser jurado, y es que si invitan a uno como jurado, es para que tu decisión se respete, y no siempre se respeta la decisión que uno toma como jurado.

Lina Banks, Gina Fascovich, Michelle Aseret y yo somos las originales de Parking, además de Angie y de Antonella, que luego se integrarían al equipo. Yo siempre he sido conductora, y tengo la ventaja de que a los dueños de los antros les agrada lo que hago, así que me invitan sin problema, y reconocen mi trabajo.

La constancia para tener éxito como performer es primordial. Muchas creen que sólo por maquillarte y haberte presentado aquí y allá ya son famosas. Y el drag ahorita no es muy común aquí en Monterrey. Les recomendaría tener paciencia y mucho profesionalismo. Ser cuidadosos con el vestuario, los detalles son muy importantes. Hay que ser buenas compañeras de trabajo, y que agarren la buena escuela: si van a trabajar con otra, que verifiquen cómo lo hace, si es humilde y si no es mamona. Muchas se crecen y ya se creen la Drag Queen que todo México esperaba, y pues no.

E: ¿Cuál es, para ti, la diferencia de ser travesti y drag queen? 

B: Con nosotras las travestis las cosas son muy diferentes que con las Drag Queens. Por ejemplo, si imitas a una artista, tienes que cuidar todo: que el vestuario se parezca, que el maquillaje se parezca, que la producción se parezca, todo. Es doble trabajo. Las drags agarran cualquier cosa y ya, con creatividad, hacen show.

E: ¿Qué te gustaría ver de las Drag Queen locales? 

B: Quisiera que las Drag Queen de aquí fueran más creativas, que sean más originales. Tienes que saber trabajar. Tienes que ensayar, tienes que tener sincronización y coordinación.

E: Ya para terminar, la última pregunta: ¿cuáles travestis y drag queens nacionales te gustan? 

B: Uy, travestis y Drag Queens mexicanas que me gustan mucho son Lina Banks, Michelle Aseret, Dianita Ferrer, Paloma Sofía, Rudy Reyes, María Bonita, Barbie Jenner, Nina Grace, Paty Piñata, La Montero… ¡ay! Muchos nombres podría darte y decirte lo mucho que me gustan.

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Madame Wellch es, por experiencia y mérito propio, un personaje que ha ayudado a darle forma a la cultura gay en Monterrey.

Bárbara, además, forma parte de ese grupo de artistas que pavimentaron el camino de la cultura travesti/drag queen en Nuevo León: fue la primera conductora travesti contratada por un casino de renombre de la ciudad, para presentar sus shows; así como también participó en las primeras Marchas por la Diversidad de Monterrey, de las cuales ya van dieciocho ediciones. También ha vivido el lento, pero seguro, aumento de tolerancia hacia expresiones de la diversidad sexual.

El travestismo y el dragqüisnimo son formas de arte hermanas. Existen y conviven en paz, y sus similitudes, así como sus  diferencias, resultan igualmente atractivas para la industria del entretenimiento.

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