
Una publicación sobre la detención de una mujer trans en un motel desató críticas, no por el hecho en sí, sino por el enfoque burlón con que se cubrió. El autor, que se identifica como parte de la comunidad LGBT, minimizó los señalamientos con más sarcasmo.
MONTERREY.- Todo empezó con una nota publicada en “Alejandro González Noticias” la mañana de este jueves. El texto relataba la detención de dos personas —una de ellas, una mujer trans de 20 años— en el Motel Canarias, ubicado sobre la avenida Lincoln, al poniente de Monterrey. Ambas fueron detenidas por una pelea y posteriormente por posesión de sustancias ilegales en cantidades comprometedoras.
Más allá del presunto hecho delictivo que deberán esclarecer las autoridades, lo que encendió las alarmas fue el tono con que se presentó la información. En lugar de una redacción informativa y neutral, la nota recurrió al sensacionalismo, las insinuaciones y la burla abierta hacia la identidad de género de una de las personas detenidas.
Esto puso en evidencia la forma en que algunos medios abordan (o ignoran) la diversidad sexual cuando se mezcla con la marginalidad y la violencia estructural.
La detención se dio luego de que personal del Motel, diera parte a las autoridades por una pelea dentro de una de las habitaciones. Tras el arribo de las autoridades, el operativo terminó en arresto, escarnio mediático y una redacción con tufillo a burla.
El detalle de que uno de ellos portaba «ropa femenina» fue destacado como dato de color, no por lo que dice de género, sino para resaltar lo «raro» o «fuera de lugar».
La comunidad trans y personas aliadas reaccionaron de inmediato. No se trataba de defender una posible conducta criminal, sino de cuestionar cómo los medios —incluso reporteros, que se identifican como parte de la comunidad LGBT— abordan estos casos con transfobia disfrazada de “humor” o “sátira”, además de destacar la desfachatez de señalar a una chica trans por su ropa y llamarla «hombre» con tremenda ceja pintada. Mana ¿Vas a reportear o a concursar en Mty Drag Project? En cualquier caso, ¡CHOP!

La respuesta del autor, quien en ocasiones anteriores se ha hecho llamar “el reportero de la comunidad”, no fue la reflexión, sino más sarcasmo:
“Ya salieron muchos ‘delicadit0s’… ¿borramos la publicación o la dejamos?”, publicó, acompañado de emojis.
Este caso evidencia un problema grave: no basta con ser parte de la comunidad para entender el daño que causan ciertas narrativas. Si un medio se burla de las identidades trans bajo el pretexto del crimen o la nota roja, está replicando estereotipos que nos ponen en riesgo a todes.
La transfobia no siempre viene de afuera. A veces, quien la perpetúa lo hace usando nuestras propias banderas.