Diccionario de la Ofensa y la Reapropiación: Así Suena Ser Gay en...

Diccionario de la Ofensa y la Reapropiación: Así Suena Ser Gay en México y Latinoamérica

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¿Cuántas formas hay para llamar a un puto? Perdón, ¿o debía decir gay? ¿Maricón? ¿Joto? ¿Quizás algo más chic como «de ambiente»? La lista es larga, dolorosa y, admitámoslo, a veces hasta creativamente culera. En México [(N.d.R.: Aquí desde Monterrey, donde las palabras pesan diferente)] y Latinoamérica, el vocabulario para nombrarnos es un reflejo brutal de la homofobia, pero también –y aquí viene lo interesante– de nuestra propia resistencia y capacidad para retorcer el lenguaje a nuestro favor. Así que sírvete algo fuerte, porque vamos a hacer un inventario de esas etiquetas: desde las que queman hasta las que hemos decidido portar con brillitos. Este es un glosario comentado de nuestra existencia lingüística, una exploración de cómo las palabras nos construyen y nos destruyen. Y sí, vamos a decir las «malas palabras», porque ignorarlas no las hace desaparecer.

En esta ocasión solo hemos incluido los términos que se usan para señalar a los hombres homosexuales, próximamente todas las letras de la elegebetiza.

A

Afeminado: (General) – Despectivo. Describe a un hombre con gestos o apariencia considerados tradicionalmente femeninos. No siempre se refiere a la orientación sexual, pero a menudo se usa con esa intención peyorativa hacia hombres homosexuales.


Ambiente (Ser de): (México y otros) – Eufemismo/Coloquial. Forma discreta o velada de referirse a alguien homosexual o al entorno LGTBQ+. «Ser de ambiente». Menos común hoy en día.

C

Chichifo: (México) – Coloquial/Ofensivo. Aunque su significado principal es prostituto masculino o mantenido (ver respuesta anterior), a veces se usa de forma más general y despectiva para referirse a hombres homosexuales, especialmente si se perciben como sumisos o en roles específicos.


Coliza: (Centroamérica) – Despectivo/Vulgar. Término ofensivo.


Cuarenta y uno (41): (México) – Histórico/Coloquial/A veces despectivo. Alusión histórica al «Baile de los 41» en 1901, un escándalo social en México que involucró a hombres homosexuales, muchos de la élite. Se usa para referirse a un hombre homosexual de forma indirecta, a veces con mofa.



Delicado o Delicadito: (General) – Despectivo. Similar a «afeminado», se usa para burlarse de hombres considerados poco masculinos, a menudo asociándolo con la homosexualidad.

G


Gay: (Global, muy usado en LatAm) – Neutral/Positivo. Término estándar y aceptado internacionalmente, adoptado por la propia comunidad. Es la forma más respetuosa y común en el lenguaje actual.

H

Homosexual: (Global) – Formal/Neutral. Término clínico o formal para describir la orientación sexual. A veces puede sonar distante o demasiado técnico en conversaciones informales, pero es respetuoso.

J


Joto o Jotito: (México) – Vulgar/Muy ofensivo. Uno de los insultos homofóbicos más comunes y fuertes en México. En diminutivo puede sonar condescendiente o burlón, intensificando el insulto, aunque en contextos muy específicos dentro de la comunidad podría usarse con ironía (no recomendable para externos).

L


Lilo: (México) – Coloquial/Despectivo. Menos común que otros, pero usado como insulto.
Loca: (México y otros) – Coloquial/Despectivo. Se usa para hombres homosexuales considerados muy afeminados o exagerados en sus gestos. A veces reapropiado dentro de la comunidad con ironía.

M


Mampo: (México) – Coloquial/Despectivo. Otro término peyorativo, menos frecuente que «joto» o «puto».
Marica: (LatAm, España) – Muy ofensivo/A veces reapropiado. Muy común en varios países. Aunque es un insulto fuerte, en algunos lugares (como Colombia) ha sido parcialmente reapropiado por la comunidad, pero sigue siendo ofensivo si lo usan heteros. En México es menos común que «joto» o «maricón», pero igual de ofensivo.
Maricón: (LatAm, España) – Vulgar/Muy ofensivo. Uno de los insultos homofóbicos más extendidos y fuertes en el mundo hispanohablante.
Mariposón: (LatAm, España) – Despectivo/Burlón. Aumentativo de «mariposa», usado para burlarse de hombres considerados afeminados.
Mayate: (México) – Vulgar/Muy ofensivo. Como se discutió, es un insulto fuerte en México (además de ser el nombre de un insecto).

P

Pato: (Caribe, Venezuela, otros) – Despectivo/Vulgar. Insulto común en algunas regiones.
Playo: (Argentina, Uruguay) – Despectivo/Vulgar. Insulto común en el Cono Sur.
Puñal: (México, otros) – Vulgar/Muy ofensivo. Otro insulto muy agresivo y común en México.
Puto o Putito: (México y otros) – Vulgar/Extremadamente ofensivo. Uno de los insultos más fuertes y polivalentes en México. Aunque puede usarse en otros contextos (cobarde, enojo), su uso homofóbico es uno de los principales y más hirientes. Nota: En España y algunos países de Sudamérica, «puto» puede tener otros usos o intensidades, pero en México es primordialmente un insulto homofóbico muy grave.

Q


Queer: (Global, adaptado en LatAm) – Neutral/Positivo/Político. Término originario del inglés que era despectivo pero fue reapropiado. Se usa como término paraguas para identidades sexuales y de género no normativas. Su uso en español está creciendo, especialmente en ámbitos activistas y académicos.

R


Rosca / Rosquete / Roscón: (Andes, Cono Sur) – Despectivo/Vulgar. Insultos usados en países como Perú, Bolivia, Argentina.

S


Soplanucas: (México) – Vulgar/Muy ofensivo. Insulto homofóbico basado en una imagen cruda, del sexo entre hombres.

T


Trolo / Trolazo: (Argentina, Uruguay) – Despectivo/Vulgar. Insultos muy comunes en esa región.

V


Volteado: (LatAm) – Despectivo/Burlón. Implica que alguien «se volteó» o cambió su orientación (hetero a homo), usado de forma peyorativa.

Así que ahí lo tienen: un pequeño muestrario del arsenal lingüístico que se ha usado –y se usa– para definirnos, limitarnos y atacarnos. Desde el insulto más rancio hasta el eufemismo hipócrita. ¿Qué hacemos con todo esto? Ignorarlo no es opción. Analizarlo, como hemos intentado aquí, es un primer paso. Pero la verdadera movida está en la calle, en la conversación, en la creación. En corregir al tío homofóbico, sí, pero también en cómo hablamos entre nosotros, en qué términos decidimos validar y cuáles mandamos al carajo de la historia. El lenguaje es un campo de batalla más, y como en otros, nuestra visibilidad y nuestra voz son nuestras mejores armas. Que no nos silencien, ni con insultos ni con indiferencia. Sigamos hablando, sigamos nombrando(nos).

¿Qué otros términos crees que debamos incluir en este diccionario? Comparte tus sugerencias con nosotros, también tus dudas y precisiones si es que consideras que nos faltó ahondar en algun término.

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