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Una y otra vez, los rostros van y vienen en mi cabeza como si fueran retratos que vuelan en un torbellino a mi alrededor, las miradas, las angustias, los pesares. Cada partícula de polvo gira violentamente de forma que me envuelven, son los recuerdos de otros momentos románticos que están por pasar al olvido.

Lágrimas, sudor, sangre, semen, la humedad moja y la lluvia me recuerda toda la vida que se ha creado en esa selva de buenas y malas decisiones.

La tormenta se incendia a relámpagos, los truenos rompen lo último que queda en pie: los reflejos y destellos de la memoria que se disuelve en los charcos de agua.

Luego quedan las rocas medias desnudas, rodeadas de un lodo cual terciopelo donde las libélulas se posan y brilla el sol… Días después vienen las flores, esas me recuerdan a ti.

Para Dany de Sesilú

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