
En breve
Algunos historiadores de la literatura fechan el inicio de la literatura gay con la aparición de «Der Eigene«, revista berlinesa de fines del siglo XIX, fundada por Adolf Brand, en la que colaboraron figuras como Thomas Mann y Franz Oppenheimer. La revista fue clausurada en 1932, cuando los nazis llegaron al poder. Por otra parte México se erigía como una república revolucionaria, pero conservadora.
México de contrastes
«El vampiro de la colonia Roma», de Luis Zapata Quiroz, fue la primera obra de literatura LGBTI famosa del país (1979), sin embargo la narrativa gay en México se remonta hasta Miguel Barbachano Ponce, quien escribió «El diario de José Toledo», considerada la primera novela gay mexicana (1964).
“¿Adonis, te gustan los hombres?” Luis Zapata Quiroz
Xavier Villaurrutia fue un poeta tímido y silencioso, perteneciente al grupo de los Contemporáneos, entre los que estaba Jorge Cuesta y Salvador Novo, este último, autor de la «Estatua de Sal», al igual que Villaurrutia, era eurófilo y homosexual, por lo cual fueron tachados de malinchistas y decadentes, por figuras como Diego Rivera, sin embargo para otros, como Octavio Paz; Villaurrutia era «el poeta que escribía perfecto».
“Hay noches en que el corazón palpita con otro compás” Xavier Villaurrutia
Hoy la literatura LGBTI goza de buena salud y entre sus plumas más destacadas se encuentra la de Sergio Téllez-Pon, autor de «Un amar ardiente. Poemas a la virreina», antología de poemas, extraídos de la relación epistolar que Sor Juana sostuvo con la virreina María Luisa Gonzaga. También hay autores noveles como César Cañedo, cuyo poemario «Rostro Cuir», se ha convertido en símbolo de la nueva literatura gay mexicana; juventud, rebeldía, libertad y euforia.
“Ese fundir tu cuerpo con el mío dejó la cobardía
y nos hizo hombres”.- César Cañedo