Estoy preocupado por vivir en un país bañado en sangre por la violencia criminal que, lejos de disminuir, aumenta cada año y en este sexenio se ha agravado hasta alcanzar cifras de homicidio más altas que las de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Estoy preocupado por que haya más muertos y más desaparecidos en la supuesta paz de López Obrador que en la «guerra» de Calderón. Es necesario señalar esta realidad y dejar de fingir demencia ante el fracaso rotundo de este gobierno federal. Estoy preocupado por que no nos demos cuenta de ello, porque eso permite que la violencia siga avanzando con impunidad bajo el manto protector de un gobierno que ha decidido repartir abrazos a los delincuentes en lugar de cumplir su obligación constitucional de darnos paz, seguridad y justicia haciendo valer la ley. Un gobierno que se rige por ideologías absurdas y no por la ley.
Estoy preocupado por vivir en un país bañado en sangre por la violencia criminal que, lejos de disminuir, aumenta cada año y en este sexenio se ha agravado hasta alcanzar cifras de homicidio más altas que las de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Estoy preocupado por que haya más muertos y más desaparecidos en la supuesta paz de López Obrador que en la «guerra» de Calderón. Es necesario señalar esta realidad y dejar de fingir demencia ante el fracaso rotundo de este gobierno federal. Estoy preocupado por que no nos demos cuenta de ello, porque eso permite que la violencia siga avanzando con impunidad bajo el manto protector de un gobierno que ha decidido repartir abrazos a los delincuentes en lugar de cumplir su obligación constitucional de darnos paz, seguridad y justicia haciendo valer la ley. Un gobierno que se rige por ideologías absurdas y no por la ley.
Me preocupa que el Estado se repliegue ante el avance de la delincuencia, que ya gobierna amplias extensiones del territorio nacional donde la policía no existe o colabora con los delincuentes. Un ejemplo es Chiapas, donde organizan desfiles con civiles armados con total impunidad y las fuerzas de seguridad solo son testigos mudos. Personalmente, puedo hablarles de Tamaulipas, donde vive parte de mi familia y hay grupos armados de supuestas «autodefensas civiles» que asolan las comunidades y amenazan a los pobladores. Estos han sufrido robos, despojos, agresiones, violaciones y desapariciones de cientos de jóvenes que no aparecen y no son buscados por las autoridades. Estas ni siquiera atienden a las madres que buscan a sus hijos y hasta hacen el trabajo de investigación que le corresponde a las fiscalías.
Me preocupa que en algunos territorios, como en Tamaulipas, estas presuntas «autodefensas» impongan presidentes municipales. Su candidato, postulado por cualquier partido, resulta «ganador» y los demás partidos se prestan al juego como comparsas del candidato elegido por estos grupos armados. Me preocupa que hagan desfiles para celebrar su «aniversario de lucha», usando incluso la carretera federal Monterrey-Tampico con total libertad e impunidad. Me preocupa que obliguen a ciudadanos y a las dirigencias partidistas a acompañar sus festejos.
Me preocupa que en algunos territorios, como en Tamaulipas, estas presuntas «autodefensas» impongan presidentes municipales. Su candidato, postulado por cualquier partido, resulta «ganador» y los demás partidos se prestan al juego como comparsas del candidato elegido por estos grupos armados. Me preocupa que hagan desfiles para celebrar su «aniversario de lucha», usando incluso la carretera federal Monterrey-Tampico con total libertad e impunidad. Me preocupa que obliguen a ciudadanos y a las dirigencias partidistas a acompañar sus festejos.
Me preocupa el clima de violencia que se intensifica constantemente contra personas y grupos vulnerables, especialmente mujeres, migrantes y personas de las poblaciones LGBTTTIQ+ de nuestro país. De estos últimos, no existen estadísticas confiables, pero sabemos por los medios de comunicación y las redes sociales que estos casos aumentan y se dan con más crueldad y violencia cada día. Me preocupa la indolencia no solo del gobierno, sino de la sociedad, que parece estar paralizada por el miedo o la falta de empatía ante estas tragedias que no deberían suceder.
Me preocupa el clima de violencia que se intensifica constantemente contra personas y grupos vulnerables, especialmente mujeres, migrantes y personas de las poblaciones LGBTTTIQ+ de nuestro país. De estos últimos, no existen estadísticas confiables, pero sabemos por los medios de comunicación y las redes sociales que estos casos aumentan y se dan con más crueldad y violencia cada día. Me preocupa la indolencia no solo del gobierno, sino de la sociedad, que parece estar paralizada por el miedo o la falta de empatía ante estas tragedias que no deberían suceder.