Junio es el mes del año en que se conmemora el Orgullo LGBT+ o el Pride LGBT. Pero. ¿Sabes dónde comenzaron a gestarse toda esta serie de movimientos, marchas y expresiones en pro de la libertad y dignificación del colectivo LGBT+? Ahora lo sabrás…
La madrugada del 28 de junio de 1969, en una taberna llamada Stonewall Inn, ubicada en el barrio de Greenwich Village, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, se suscitó una violenta redada policíaca en contra de un grupo de personas homosexuales que departían en dicho recinto.
Esto generó una serie de manifestaciones en contra de los abusos cometidos, por el sistema judicial neoyorquino en particular, y de la sociedad estadounidense en general en contra del colectivo LGBT+.
Se dice que el Stonewall Inn era propiedad de la mafia y que, con este pretexto, la Policía con frecuencia realizaba redadas abusivas contra los clientes del lugar.
Entre la clientela se encontraban gays, lesbianas, mujeres trans, drag queens, prostitutas. Ósea, mucha gente de las minorías sexuales repudiadas aún más en esa época y que encontraban en Stonewall Inn uno de los pocos lugares donde podían divertirse en paz y en libertad.
Muchos de ellos se encontraban esa noche lamentando la muerte de la célebre actriz estadounidense Judy Garland, considerada uno de los iconos LGBT+ más importantes del momento.
Aquella madrugada, específicamente a la 1:20, cuatro policías vestidos de civiles irrumpieron con violencia en el Stonewall Inn amedrentando a las 200 personas que se encontraban en el lugar.
La gente corrió despavorida y los agentes policiacos solicitaron refuerzos.
Sucedieron entonces una serie de abusos y violaciones brutales a los derechos humanos de los asistentes.
Algunas lesbianas fueron golpeadas con violencia por los policías; travestis, chicas trans y drag queens fueron obligadas en los baños a mostrar sus genitales a los oficiales para “comprobar si eran mujeres”.
Ahí estaban Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, a la postre, figuras míticas de los inicios de las luchas por la dignificación del colectivo.
Lo cierto es que aquello se salió de control: muchas personas en las calles y en bares cercanos (un gran número del colectivo gay), se acercaron al lugar para ver lo que estaba ocurriendo. El apoyo no se hizo esperar y la gente comenzó a desafiar a la Policía.
Los asistentes atrincheraron a los policías e incluso llegaron a atacar las furgonetas. La Tactical Police Force del Departamento de Policía de Nueva York, tuvo que llegar a rescatar a los policías “atrincherados”.
Una vez liberados, la Policía se llevó a varios detenidos. Lo que no imaginaban es que la muchedumbre que se manifestaba los seguiría iniciando una marcha de protesta masiva por las calles de Nueva York.
Para las 4 de la mañana, la ciudad entera era un caos, entre los manifestantes gritando por la injusticia y una policía perpleja que no encontraba la forma de detener el motín.
Al amanecer, la ciudad entera estaba caótica. Los principales diarios cubrían los disturbios sin imaginar que, en la noche, un nuevo contingente de manifestantes se reunió en la calle Christopher de la Greenwich Village para seguir manifestándose en contra de este y otros muchos atropellos cometidos antes contra el colectivo LGBT+.
Las manifestaciones continuaron en menor medida hasta el día lunes 30 de junio. La prensa que cubría de cerca los disturbios, se mostró mordaz e incisiva contra el colectivo LGBT+ que se manifestaba y los diarios publicaban encabezados como “Las reinas se ponen locas” o “Mariquitas chillonas atacan a la Policía”.
Lo cierto es que la situación llego hasta el Congreso y la Casa Blanca.
De aquél “disturbio de maricas” como lo tildaron los homófobos, surgieron varias organizaciones y alianzas civiles decididas a acabar con las violaciones y abusos hacia la comunidad en toda la Unión Americana, entre ellas la Gay Liberation Front y la Gay Activists Alliance.
Y lo más importante: fue el detonante para que, dos años después, el 28 de junio de 1970, se realizara la Primera Marcha del Orgullo Gay de la Ciudad de Nueva York. El efecto dominó impactó también a las principales urbes de los Estados Unidos, y eventualmente también, del planeta entero.
En 2019, al conmemorarse el 50 aniversario de Stonewall, la policía de Nueva York se disculpó públicamente con el colectivo LGBT+ (más vale tarde que nunca).
En buena medida, la libertad, de la cual goza la comunidad LGBT+ en varios países del mundo, se debe al valor de aquellas mujeres y hombres que alzaron la voz enfrentándose a uno de los sistemas policíacos más poderosos del mundo.
Una noche bastó para cambiar la historia. Es justo conocer un poco de la misma y reconocer el esfuerzo de esas personas gracias a quienes, hoy, puedes reunirte tranquilamente a convivir con tus amigos o tu pareja en cualquier antro, cafetería, bar o club de encuentro de la Zona Rosa de la capital mexicana.
Y todavía hay un largo camino que recorrer…
Para ilustrarte un poco más sobre los hechos de Stonewall puedes echar un ojo las películas “Stonewall” (Nigel Finch, 1995) y “Stonewall” (Roland Emmerich, 2015).
LECTURA SUGERIDA:
*Martin Duberman: «Stonewall», Penguin Books, 1993.