En la década de los 20, el joven Salvador Novo, “el Venadito” tendrá la ocasión de conocer a diversas personalidades, algunas de ellas presentadas por “Clarita Vidal”, a mejores señas: Ricardo Alessio Robles, uno de ellos será, el ya conocido bailarín: Pedro Rubìn quièn logra gran éxito en los teatros Regio y Nacional de la ciudad de México y en el Principal de Toluca:
“Pero Clara (Ricardo Alessio Robles) no creía en el amor, ni en la exclusividad. Predicaba y practicaba el goce y la alegría tempestuosos, y me llevaba todos los días a presentar con gente diversa y pintoresca, a conocer sus casas y sus medios bizarros: a la vecindad en una cuyas accesorias el bailarín Pedro Rubìn dormía aún a la una de la tarde sobre el suelo, después de una noche de orgías que relataba con todo género de detalles…”.
Muy joven fue incorporado como bailarín en uno de los teatros de San Antonio, Texas, después recorre los Estados Unidos con una compañía de vaudevlle. En el Universal Ilustrado aparece una nota titulada: “Jarabe Tapatìo vs Charleston” publicado el 8 de abril de 1926, que dice lo siguientes:
“En la Chicago School of Dancing se enseña el jarabe tapatío a las lindas flappercitas de cabellos de oro, las cuales lo prefieren al Charlestón, tan antiestético y vulgar. Y otros muchachos americanos se componen y requiebran con un sombrero charro, haciéndose fotografías a granel. Pedro Rubín y la simpática Fernanda (maestros de baile de origen mexicano) no son amantes de los bailes prosaicos y desabridos, por eso detestan el charlestón a pesar de bailarlo noche a noche, a petición del «respetable» que concurre a los cabarets. Rubín solamente enseña a sus discípulos bailes españoles, argentinos y mexicanos, detestando los pasos de baile de negros, el compás del «vals Chicago» y todo aquello que está en abierta pugna con el buen gusto y la estética.”
Es descubierto por el empresario Ziegfeld quien lo lleva al estrellato con Rio Rita. En abril de 1927, Juan José Tablada, escribe desde Nueva York una reseña “patriótica” sobre el gran trabajo de Pedro Rubìn en la San Carlo Jan Ópera, donde también presentó una danza azteca:
“Por fin, y para cerrar la velada con nota de impetuoso dinamismo, de entusiasmo y de color netamente nuestros, Pedro Rubìn primer bailarín de la Ópera de San Carlo y actual estrella en el Rio Rita de Ziegfeld, subió al tablado, llevando a la concurrencia hasta el delirio al ejecutar con asombrosa agilidad y donaire el “Jarabe Tapatío” ”La Sandunga” oaxaqueña, una danza gitana y, por fin, la más aplaudida de sus creaciones: “Gaoneras”, en que acompaña el armonioso vértigo de su danza con un floreo de capa torera que recuerda las luminosas espirales de Loie Fuller…”
Pedro Rubin es la estrella de Rio Rita, una suntuosa zarzuela, que lleva el nombre de un famoso centro nocturno también. Tablada escribirá sobre él lo siguiente:
“(…) el campo simbólico de una aurora en la que las excelencias de México y los Estados Unidos concurren armoniosamente para producir máximos resultados, acarreado lo que deberá suceder algún día, la cooperación internacional base de la deseada cooperación internacional… ”
Pedro Rubín, bailarín y coreógrafo exitoso quién triunfó en el mundo entero (Hollywood, Nueva York, París, Berlín, entre otras ciudades), que lo reconoce como un creador no solamente de las “danzas” mexicanas que hacía del jarabe tapatío o de los concheros, sino también las primeras cosas de la danza contemporánea como él fue bailar con sonidos de cadenas. Él es un pionero de lo que podría ser, la danza postmoderna.
Rubín no solo se consagra como intérprete sino que es apreciado como coreógrafo y director de varios grupos de danza conocidos, como The Pedro Rubín Girls. la crítica lo consagra: «Pedro Rubín, un gran artista. Su talento no tiene límites». (Dance Magazine). «Pedro Rubín está poniendo a México en el mapa del mundo del baile. Para él bailar es un placer y es un placer verlo». (New York Evening Post). «Mucha individualidad de estilo nacionalístico, armonioso y rltmico». (New York Herald Tribune). «Superlativo, ágil y armonioso». (Varlety, New York). «Pedro Rubín, el verdadero espíritu del baile». (New York World). «Pedro no es solamente un bailarín, es un magnifico intérprete». (Paris Mldl). «Pedro Rubín autoridad de la elegancia». (Le petlt bleu, París).
Pedro Rubín logró imponer la danza mexicana entre las atracciones teatrales más gustadas en escenario de renombre, como: el Roxy’s Ziegfeld Follies, el Cliseum de Londres, el Winter Garden de Berlín y el Follies Bergere de Paris, del cual fue su maestro de baile.
Su repertorio, además de las danzas y bailes mexicanos, incluía rutinas de baile español. Entre sus números mis aplaudidos, podemos nombrar: «Los chiapanecos», «La zambra», «La pandereta», «La danza ritual Azteca», «El toreador», «Impresiones americanas», «La impresión argentina», «El fado» y «La fantasía mexicana». En las funciones que organizó Miss Carroll formó pareja con la «hollywoodense» Lupita Tovar, estrella que realizó la primera versión de Santa, con Salome y Victoria Ellis, así como también contó con el acompañamiento del Ballet Carroll.
Las críticas mexicanas fueron entusiastas. «Desde el primer baile del programa, conquistó al auditorio… Logrado el primer triunfo, va toda la velada fue una sucesión de ellos en las nueve danzas que ofreció el notable bailarín». Elizondo, Notos teatrales, 31 de julio de 1931). “Lo que ha logrado es estilizar lo clásico va la vez, hacer clásico el estilismo americano. Rubín baila dando la sensación de que danza en puntas. Así es de ligero. No hiende el piso, marca sencillamente la pauta, pespuntea, como decimos aquí, y sobre todo baila más con el gesto de cara y cuerpo que con los pies. Con razón dijo de él nuestro José Juan Tablada : “Su gesto plástico nos recuerda las inconfundibles posturas del gran Faico». (Guz Aguila. El Popular, 14 de diciembre de 1931). Fue llamado, con razón “El Nijinsky mexicano”.
El vestuario que lució Rubín en su temporada mexicana, fue confeccionado por Brooks en Nueva York y Max Weidy en París, con diseños de Mario Montedoro, director de arte del Roxy de Nueva York , Zig y Dany de París y Matías Santoyo de México.
Después de haber triunfado, Pedro Rubìn muere en la absoluta pobreza, en un oscuro barrio mexicano, algunos de sus datos son conservados por su amigo potosino Luis Bruno Ruiz.
Texto y fotografía tomados de:
https://books.google.com.mx/books…
https://books.google.com.mx/books…
http://parajetunero.blogspot.mx/…/llego-estas-tierras-potos…
https://books.google.com.mx/books…
http://pcuervo.com/fotografica/fotografos/mirjian-studios/
https://books.google.com.mx/books…
http://inbadigital.bellasartes.gob.mx:8080/…/382difbolboin_…
http://resenahistoricateatromexico2021.net/proyecto_default…
https://sc.jalisco.gob.mx/…/sc.jalisco…/files/08musicayd.pdf