Existen muchas prácticas sexuales, algunas con más riesgo que otras que incluso podrían quitarle la vida a una persona si se llevan al extremo o se realizan sin las medidas de seguridad adecuadas.
Fisting
Fisting o fist-fucking es un término inglés con el que se designa la práctica de la inserción braquioproctal o vaginal. Un acto sexual consistente en la introducción parcial o total de la mano en el recto o la vagina de la pareja.
El fisting, en ocasiones implica llevar al extremo de su elasticidad tanto el ano como el intestino, pese a que éste puede ser insensible al dolor durante la penetración, por lo que pueden producirse perforaciones muy graves, que no se manifiestan de inmediato, o desgarros muy dolorosos en el ano con necesidad de intervención quirúrgica por hemorragia, por lo que es imprescindible una dilatación previa de los músculos, así como de saber realizarlo.
Este tipo de lesiones graves, también puede ocurrir por introducir objetos como juguetes sexuales, demasiado grandes o vegetales o botellas de vidrio o cualquier otra cosa. Una hemorragia puede matar a una persona en cuestión de minutos si no recibe atención médica.
Chemsex
Se conoce como Chemsex, al consumo de drogas para facilitar la actividad sexual, lo que les lleva a otras prácticas sexuales de riesgo como dejar de usar condón o el uso compartido de jeringas.
Sin embargo el chemsex, también es peligroso por el consumo de sustancias, que pueden llevar al extremo al sistema cardiovascular de una persona, sedarla al extremo o provocarle un infarto.
Cristal, cocaína, tabaco, poppers, metanfetaminas, gi, cloruro de etilo y medicamentos como viagra y ribotril. Tanto por la pérdida del apetito y del sueño, las sobredosis también están entre las causas que vuelve riesgoso el chemsex.
Independientemente del uso o abuso de sustancias, es importante que en la práctica de chemsex, se conozca qué drogas se pueden mezclar y cuales no, así como de no dejar de usar condón.
Asfixia erótica
La asfixia erótica, también conocida como Choking Game consiste en impedir la respiración de la pareja o la propia, ya sea mediante la obstrucción de las vías respiratorias cubriendo la cabeza con elementos plásticos o recurriendo a la semiestrangulación. No es una práctica sexual exclusiva de ningún grupo en particular, se ha documentado desde hace varios siglos y en diferentes culturas.
Es considerada una práctica sexual peligrosa que ha causado la muerte de numerosas personas y se le denomina denomina autoasfixia erótica cuando es prácticado por una sola persona.
Las principales repercusiones cuando se realiza de forma recurrente son: dolores de cabeza, cambios de comportamiento, confusión, pérdida de memoria a corto plazo, episodios recurrentes de síncope, crisis epilépticas, hemorragias retinianas, deterioro visual, daños neurológicos, y ocasionalmente la muerte.