Limpiar playas o bosques, soltar globos al aire, suministrar medicamentos a animales de explotaciones ganaderas o lanzar fuegos artificiales constituyen actuaciones «bien intencionadas», pero que en ocasiones por desconocimiento o por la forma de abordarlas «dañan el medio ambiente».
La limpieza de litorales marinos con maquinaria pesada sería uno de esos casos, pues albergan “toda una fauna”, como moluscos o pulgas de agua, entre otros animales.
Expertos afirman que esta acción supone un desastre, porque se acaba con todo el ecosistema playa.
La suelta de globos, con el objetivo de celebrar algún acontecimiento festivo o protesta, se convierte en una práctica perjudicial para el medio ambiente, porque estos objetos de plástico acaban en el mar.
A los animales de ganadería intensiva, les proporcionan medicamentos, de los cuales un gran porcentaje se desecha por las aguas de la explotación hasta acabar en ríos, lagos y mares.
Los fuegos artificiales, poseen un impacto muy grande en todas las mascotas que habitan en la zona de influencia, ya que el ruido produce estrés en los animales, además de contaminar el aire.