Tzintzicha Tangaxoan, el último rey tarasco, ejecutado por sodomía e idolatría

Ascendió al título de Cazonci (gobernante) del imperio Tarasco, del linaje de los Uacúsecha. Hijo mayor del rey Zuangua, asumió el poder en 1520, ejecutando a sus hermanos y posibles contendientes: Tirimarasco, Hatzinche y Cuini.

En 1522 Tzintzicha Tangaxoan recibió noticias sobre un gran ejercito de españoles y aliados indígenas que se dirigían a la regiòn que hoy conocemos por Michoacán dirigidos por Cristobal de Olid.

El rey decidió enfrentarse militarmente en oposición al consejo de la nobleza que le pedía se suicidara para no caer en manos de los extranjeros. Ante el avance español el rey se refugió en un pueblo alejado a esperar a que se desarrollaran los acontecimientos, mientras tanto Cuiniharangari y su hermano Huitzitziltzin recibieron al Cristòbal de Olid explicándole que el rey había fallecido ahogado mientras intentaba cruzar el lago de Pátzcuaro para poderse encontrar con los visitantes españoles.

Hernán Cortés se dio cuenta de la estrategia del Cazonci y le mando a decir que regresara a su palacio en Tzintzuntzan y después lo visitara en Coyoacàn. Ahí le exigió que tratara bien a los españoles, que no cobrara tributos y no afectara los intereses de los encomenderos. A su regreso el Cazonci ordenó la muerte de todos los colaboradores que le habían sugerido el suicidio.

Como último rey tarasco le tocó gobernar durante el periodo de transitan entre la época prehispánica y la Colonia, tratando de someter a la nobleza tarasca que a la llegada de los españoles pretendían obtener mayor estatus y poder.

A fines de 1929 Nuño de Guzmán, primer presidente de la Primera Audiencia de la Nueva España, salió a la conquista de la zona chichimeca, llevándose a Tzintzicha Tangaxoan, al mismo tiempo que le exigía el cumplimiento de las demandas hechas: entregar mayor cantidad de metales preciosos, armamento y víveres para el ejercito conquistador, así como no obstruir los intereses de los encomenderos. Al no sentirse satisfecho por la respuesta del Cazonci, Nuño de Guzmán le abrió proceso.

Fue ejecutado por Nuño Beltrán de Guzmán, el 14 de febrero de 1530, tras ser acusado de esconder tesoros, cometer sodomía, practicar la idolatría, asesinar españoles y afectar los intereses político-económicos de los encomenderos.