Xóchitl, la legendaria ‘Reina de Reinas’ y su papel en la historia...

Xóchitl, la legendaria ‘Reina de Reinas’ y su papel en la historia LGBT de México

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La Reina Xóchitl, es uno de los personajes más importantes pero misteriosos de la Historia LGBT mexicana. Su vida, mezclada con rumores y verdades en las altas esferas de la política y la farándula, han dado pie a una leyenda: La primera Marcha del Orgullo Gay de la Ciudad de México, pudo realizarse gracias a su influencia al más alto nivel.

En los años 1970’s y principios de los 1980’s, surgió en la vida nocturna de la Ciudad de México la figura de La Xóchitl. ¿Quién era este personaje realidad? Cabe destacar que lo poco que se sabe, o se recuerda de La Xóchitl, está envuelto con muchas historias falsas, rumores o inventos, que ponen a este personaje en una línea muy delgada entre el mito y la realidad.

Xóchitl «Reina de Reinas».

Su nombre real, según algunas fuentes, era Gustavo Xochilteotzin, y nació en Tacámbaro, Michoacán en 1932. Era de origen humilde y parece que tuvo una infancia difícil, situación que lo llevó a abandonar su pueblo natal. Llegó a la Ciudad de México en los años 50s, y pasó por varios oficios.

La Reina Xóchitl junto a Lucha Villa (Archivo Arturo Rivera)

Se dice que algún tiempo fue mesero, y más adelante, llego a ser el asistente del diseñador Gene Matouk. No se sabe mucho acerca de sus inicios en el mundo del transformismo, pero parece que este proceso lo vivió a la par que aumentaba su influencia en los círculos políticos de la capital del país, como madrota de altos vuelos.

Xóchitl junto a Verónica Castro (Archivo Santa Inez)

Se dice que fue un proxeneta que conoció cuando era mesero, el que le llevo a «regentear» una casa de citas. La cosa es que, para la década de los 70’s, La Xóchitl ya dirigía su propia casa de citas.

 

Las crónicas la describen como alta, morena, con algo de sobrepeso y de muy mal gusto para vestir. Se dice que hizo su debut triunfal  “en sociedad” en una fiesta de disfraces de el Hotel del Prado en 1974. Apareció disfrazada de Cleopatra y escoltada por un séquito de hombres musculosos y travestis que emulaban a una corte faraónica.

En poco tiempo, su penthouse en la calle de de Bahía de Todos los Santos, en la Colonia Tabacalera de la capital mexicana, se convirtió en punto de reunión de políticos, gente de sociedad y del espectáculo. Incluso llegó a aparecer en dos películas mexicanas: A fuego lento (1979), de Juan Ibáñez, y Las apariencias engañan (1981), de Jaime Humberto Hermosillo.

María Félix, junto a la Reina Xóchitl

LXóchitl era famosa por la “corte travesti” que que se reunía  a su alrededor y de la cual, por supuesto, era la reina absoluta. De hecho así se le conocía, como «La Reina de Reinas».

La Reina Xóchitl, junto a Lin May, Carmen Salinas y otros artistas.

Xóchitl era una de las organizadoras y promotoras del certámen Miss Universo Gay, que se llevó a cabo, con toda la pompa, entre finales de los años 70’s y principios de los 80s.

Todos sucumbían ante su poder. Algunos afirman que La Xóchitl portaba una charola que la acreditaba como parte de la policía judicial. Otros afirman que su poder venía de los vínculos que tenía con el entonces regente de la Ciudad, el Profesor Carlos Hank González.

Parece ser que La Xóchitl ayudaba a otorgar permisos especiales para que muchos centros nocturnos operaran sin molestias de las autoridades. De allí a que desfilara como reina entre estos exclusivos lugares. El mítico El Nueve de Amberes, fue uno de ellos. Hay algunos testimonios de gente que sufrió represalias al tener la mala fortuna de contradecir la voluntad de La Reina.

 

Mención aparte su faceta como madrota de lujo. Se dice que muchas figuras célebres del espectáculo de la época, formaban parte del séquito de muchachas que La Xóchitl «acercaba» con importantes políticos y empresarios.

En cuanto a su activismo. La Xóchitl se jactaba de que, gracias a ella, se pudo realizar la primera Marcha del Orgullo LGBT+ en la Ciudad de México, pues ella «defendió» al colectivo de que las autoridades no les aplastaran.

La Xóchitl desapareció abruptamente del panorama, supuestamente tras sufrir un accidente en los años 80s. Luego se dice que sufrió de gota. Algunos dicen que La Xóchitl regresó a Michoacán a vivir su vejez. La Reina falleció en su ciudad natal en noviembre de 2003.

Hoy en día, aunque pocos vestigios quedan de ella en los medios, ha quedado grabada en la mente de aquellos que se trasnocharon en el México de las décadas de los setenta y ochenta. Para bien o para mal, La Reina de Reinas, forma parte de la historia del Colectivo LGBT+ mexicano que, vale la pena recordar.

LECTURA SUGERIDA:

*Margo Su, Posesión (1991). Editorial Cal y Arena, México

*Guillermo Osorno, Tengo que morir todas las noches (2014) Editorial Penguin Random House, México. 

 

Jaime Humberto Hermosillo: Su legado en el Cine Mexicano LGBTTTI

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