
Hoy en día todo es muy sencillo. Cuando la curiosidad, calentura o el aburrimiento se apoderan de tu cuerpo y mente, no hay más que tomar el móvil o sentarte frente al monitor de tu pc, entrar a un buscador de internet, poner algunas palabras…y ¡voilá!. En seguida tendrás a tu disposición millones de imágenes, videos y sitios web para darle rienda suelta a tus deseos. Estoy hablando, ni más ni menos que de la pornografía.
Antes, según dicen, el porno costaba y el agua era gratis. Ahora todo es al revés. Para bien o para mal, la industria del entretenimiento para adultos está al alcance de nuestras manos (nunca mejor dicho). No en balde, se sabe que la industria del cine para adultos genera ganancias exorbitantes. Tan solo en los Estados Unidos, la industria del cine XXX deja más dinero que Hollywood. Muchas historias se han contado ya sobre el inescrutable mundo de la industria del entretenimiento para adultos. Ahora es momento de hablar del origen, específicamente hablemos de una de las sub-ramas más concurridas de la industria: el porno gay.
Todo comenzó desde la Prehistoria a través del arte. Cientos de representaciones artísticas rupestres han sido halladas por los investigadores donde se plasma claramente al ser humano en actitudes y poses homoeróticas. A través del arte, también podemos verlo en pinturas y esculturas de civilizaciones antiguas como China, India, Grecia y Roma. En el siglo XIX de la era moderna, aparece la fotografía, y gracias a esto, imágenes de desnudez explícita y conductas sexuales, tanto hetero como homosexuales, circulan por el mundo, eso sí, en la tentadora e inquietante clandestinidad. Luego, a fines del siglo XIX, los Lumiere inventaron el cinematógrafo. Las imágenes ahora tomaron movimiento, y con esto llegó una nueva forma de plasmar la sexualidad. En la era del Cine silente, entre los años 1910s y 1920s, tan solo en Hollywood y Europa, se produjeron miles de películas pornográficas de todo tipo de contenidos, en corto y en largometrajes. Esto sin dejar de lado el mundo editorial. Ya desde principios del siglo XX, decenas de publicaciones pornográficas inundaron locales de revistas, siempre en una línea muy delgada entre la ilegalidad.
Volviendo al cine, en 1920 se produjo «Le ménage moderne du Madame Butterfly», que es considerado el primer largometraje de pornografía gay de larga duración en la historia.

En 1945 se funda la revista «Atletic Model Guild», primera publicación estadounidense en mostrar pornografía soft a un público estrictamente homosexual. El modelo Tom of Finland y el actor Joe Dallesandro, podrían ser considerados las primeras estrellas pornográficas homosexuales. Figuras como Kenneth Anger y el mismo Andy Warhol, realizaron cintas de contenido homoerótico de gran impacto en los cimientos del mundo del porno gay.
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Y en los años 1970s viene la Revolución Sexual y con ella «el destape». La película «Wakefield Poole’s Boys in the Sand», es considerada la primera película pornográfica gay de la historia, con todas las reglas, normas y clichés de la industria actual. La década de los 1980s es considerada crucial en la industria: llega el video casero. Con la llegada de Betamax y luego de VHS, la pornografía homosexual vive un cenit. ¡Adiós a las salas de proyección clandestinas e ilegales! Ahora las películas se ven directamente en tu propia casa y hasta pueden llegarte por correo.

Aquí surgen nombres muy grandes en la industria ¿recuerdan a Al Parker? él fue el actor porno gay más popular de la época. Pero paradójicamente la industria sufre un golpe fuertísimo: aparece el SIDA. La epidemia diezmó a muchas estrellas de la industria y genero una cultura sobre el uso del condón. Al Parker fue uno de los primeros en filmar con preservativo. Irónicamente Parker murió de SIDA en 1992.

Los 1990’s marcaron la llegada del DVD y el auge de productoras muy importantes como Kristen Bjorn, Falcon Studios o Raging Stallion. El productor ChiChi LaRue, se convierte en una de las figuras centrales en la producción masiva de películas de contenido homosexual. La industria se diversifica en géneros. Surgen producciones con uniformados, actores de color, el BDSM. Ciudades europeas como Praga o Barcelona se convierten un puntos centrales de la industria y estrellas como Michael Lucas, Michael Brandon o Eric Hanson, alcanzan estatus de ídolos.

Y finalmente llega el siglo XXI. Y con él la generalización del uso de internet. La industria sufre otro revés. Sitios web como XVIDEOS o Pornhub han tomado la rienda, obligando a estudios, actores y productores en enfocarse en nuevos mercados. Llega un auge del porno amateur, pues ahora cualquiera puede grabarse en la comodidad de su hogar o de donde quiera. Ya casi nadie compra DVD’s y si acaso hay que pagar, mejor en una suscripción a OnlyFans, que nos muestra contenido personalizado de nuestro interprete favorito.

¿A donde nos llevará el futuro? ¿Hay cosas nuevas que no se hayan hecho ya? Solo el tiempo lo dirá.
En algún otro momento será interesante hablar del crecimiento de la industria en México y América Latina, pero por ahora es suficiente de historia. Si la tecnología ha trabajado para mejorar y facilitar las cosas, y mientras todo se haga de manera consensuada, con el único fin de entretener y disfrutar y sin dañar física, mental o emocionalmente al que lo produce o consume…¡disfrutemos del buen porno que hoy tenemos! Vaya que costaron muchos años construirlo…