Mauro Alberto Ocaña (¿?-2016)

Nuestra querida Rocío Jaramillo, La Cancionera La Cancionera:

«Y no, no quiero llorar… hace muchos años conocí a alguien, un chico bromista, latoso, con sentimientos nobles y también con sueños, con ganas de hacer cosas, deseando cambiar el mundo y volverlo rosa, sensible y amoroso, también con miedos y soledades pero esforzándose siempre por vencer eso para seguir adelante….

Eso lo llevó un día a irse de su hogar y hacer uno nuevo en otro lado, en ese camino siempre me contaba sobre sus pasiones: cantar. Era tan bueno en eso, se podía meter a la regadera y tardarse mucho por andar cantando, su celular era imperdible, era su forma de asomarse a todos lados y contar todo a través de sus ojos…. Un día conoció a alguien y empezó a compartir la vida, no todo era perfecto pero ¿qué relación lo es? Sin embargo el amor le llevaba a seguir y a ser feliz, era tan fácil para el sonreír de corazón…
Un día él enfermó pero el sabía que con disciplina podría estar bien, el ciclo con su amor terminó y eso lo puso un poco triste, pero aún así el pensaba cada día que saldría adelante y sus seres queridos estábamos ahí para escucharle, así como muchas veces antes el fue ese oído que escucho las penas y alegrías de otras personas, es que era tan fácil quererlo. Era tan fácil sentir esa confianza a su lado, era tan fácil reír aunque estuviera uno llorando….
Y una llamada, una noticia me dijo que el sólo se durmió, se fue en la noche a soñar con sus fantasías y su mundo lindo y simplemente ya no despertó… hay quien dice que fue mucho su dolor, hay quien piensa que se le fueron las ganas de vivir. Yo digo que no. Él siempre fue un valiente y siempre luchó, sé que no se dejó vencer, sé que hasta el último minuto amo la vida y probablemente hay personas que no necesitan tantos años aquí porque su misión está hecha rápidamente, porque lo que tenían que venir a compartir y a entregar lo hicieron exitosamente, de una manera perfecta y por eso es que se van tan pronto.

Deben ir a las estrellas a ser de nuevo una luz que estará ahí para alumbrar cualquier corazón que este oscuro y guiarle.  No, no lloro, porque él me enseño que aún en el dolor debemos ser agradecidos con la vida…. no, no son lagrimas las que hoy tengo, es sólo que esta agua no deja de salir y yo no sé cómo hacer ahora para llamarle y que escuche mis palabras…. no sé cómo voy a encontrarte en todas esas estrellas para volver a hablar contigo, cuídate y sigue brillando allá arriba, como tú sabes hacerlo, como siempre!!! mi querido bebote Mauro Ocaña. Era mi amigo , me entere hoy descansa Mauro Ocaña»

Texto de Rocío Jaramillo.

Fotografía y datos tomados de: https://www.facebook.com/estaesmifanpage

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