Queer Horror: Terror en el cine LGBT+

Queer Horror: Terror en el cine LGBT+

1211
Compartir

Ni siquiera el cine, en el género del Horror, es ajeno al movimiento Queer o a la diversidad sexual. Y es que, dentro de la industria cinematográfica contemporánea existe un subgénero que ha sido denominado como New Queer Cinema, que engloba a una serie de producciones fílmicas cuyos argumentos, personajes y situaciones hacen referencia a la subcultura LGBT+.  Un aspecto importante de este subgénero, es que sus historias tratan, en su gran mayoría, de tener un contenido que pueda hacer reflexionar al espectador acerca de la diversidad sexual.

Pero así como el cine convencional suele mezclar géneros y hacer locos y absurdos experimentos, el New Queer Cinema también se ha atrevido a amalgamarse con otros géneros cinematográficos. Cuando se mezcla con el cine de terror, da como resultado un extraño, pero divertido subgénero que la industria ha denominado como Queer Horror.

«Vodoo Academy», de David DeCoteau (1999).

EL ORIGEN

Probablemente el antecedente más directo de este subgénero cinematográfico sea la literatura, específicamente el género de la novela gótica de los siglos XVIII y XIX. Y es que muchos de los más reconocidos autores de la novela gótica pertenecían al colectivo LGBT+. Tal vez ese aire melancólico de sus historias, o su abundancia de personajes sombríos, retraídos, marginados, ambiguos y extravagantes, sean los detalles que tanto atraigan a los gays y lesbianas al género gótico. Un ejemplo claro de esta literatura gótica con tintes homoeróticos es «Carmilla« (1872), la novela de Joseph Sheridan Le Fanu, que narra las aventuras de una mujer vampiro lesbiana. Y es que, sin duda alguna, las historias de vampiros suelen ser las consentidas para plasmar el homoerotismo. Y de la literatura brincaron al cine. 

La censura imperante en los primeros años del cine, sobre todo la censura del Código Hays de los años 1930’s, impidió que muchos temas fueran tocados en el cine. Entre ellos se encontraba obviamente la homosexualidad, tanto masculina como femenina. Aún así, películas de terror como «Dracula’s Daughter«, (1936), poseían una fuerte carga homoerótica disimulada y apenas percibida por la audiencia. 

«Killer Condom» (1996)

SU IRRUPCIÓN EN EL SÉPTIMO ARTE

Con la apertura de la industria del cine a partir de los años 1960’s, y con la llegada del New Queer Cinema a fines de los 1980’s, no pasó mucho tiempo para que el Queer Horror hiciera su triunfal aparición. Se considera al cineasta David DeCoteau como el pionero en la realización de cintas de este nuevo género. Algunos de sus trabajos como «Voodoo Academy» (1999) y «The Brotherhood» (2001), son consideradas como piedras angulares de este curioso género. 

Al no contar con el apoyo masivo de grandes estudios y productores como filmes de otros géneros, en la gran mayoría de las ocasiones, las cintas del Queer Horror son de bajo presupuesto, con efectos especiales pobres y deficiencias técnicas. Pero esto para la audiencia no es un problema. Es claro que el público LGBT+ al que van dirigidas estas producciones, las consumen por diversión, incluso por morbo. Nadie espera que sean cintas que se paseen por festivales o arrasen con premios. Es un cine digno pensado únicamente con el fin de entretener. Muchos de sus cintas ni siquiera son exhibidas en cines comerciales. Incluso muchas no pasan de la distribución casera. Esta situación le ha hecho al Queer Horror un nicho dentro del llamado cine de culto. Incluso muchas figuras de la industria pornográfica han incursionado en este nuevo género, algunos con la esperanza de brincar hacia el cine convencional

«Yeti: A Love Story» (2006).

1990s-2000s

Entre las cintas más populares del género se encuentran trabajos como «Killer Condom» (1996), cinta alemana de Martin Waltz, basada en el cómic de Ralf Konig sobre un voraz condón viviente que mutila los genitales de sus víctimas (considerada una de las peores películas de la Historia, por cierto); «9 Dead Gay Guys» (2002), de Lab Ky Mo, sobre un gigoló y asesinatos en serie de hombres gay; «Make a Wish» (2002), de Sharon Ferrati, una suerte de versión lésbica de «Psycho», de Alfred Hitchcock; «Hellbent «(2004), de  Paul Etheredge-Ouzts, cinta de terror slasher; «October Moon» (2005), de Jason Paul Collum, sobre un hombre de familia que pierde la razón cuando su familia descubre que se enamora de otro hombre; «Hostel» (2005), de Eli Roth, que mezcla elementos de gore y porno; «Yeti: A Love Story» (2006), de Adam Deyoei, sobre una grupo de jóvenes que son seducidos en el bosque por una criatura Yeti homosexual; «Poltergay» (2006), de Eric Lavayne, que narra la historia de un grupo de fantasmas homosexuales que espantan a sus víctimas; «Otto» (2007), de Bruce Labruce, sobre zombies gay; «The Gay Bed and Breakfast of Terror» (2007), de Jaymes Thompson, sobre un par de mujeres (madre e hija), que asesinan a hombres homosexuales en su hotel (en ella actúa el ex-actor porno Michael Soldier);  “Ctulhu (2007), de Dan Giltark y basada en una novela de H.P Lovecraft, sobre un hombre gay que vuelve a su pueblo con el pesar de casarse con una mujer, y «Socket» (2007), de Sean Abley, sobre un sobreviviente de una descarga eléctrica que acude a un grupo de ayuda donde todos resultan ser homosexuales.

«The Gay Bed and Breakfast of Terror» (2007)

2000s-2010s

De años más recientes, encontramos joyas como «Vampire Boys» (2011), de Charly Vaughn, que obviamente trata sobre vampiros homosexuales; «1313: Haunted Frat» (2011), de David DeCoteau, sobre una fraternidad visitada por un ente siniestro gay; «Vampires: Brighter in Darkness» (2012), de Jason Davitt, que trata la historia de Toby, un joven que es seducido por un vampiro milenario; «All Cheerleaders Die» (2013), de Lucky McKee, que aborda temas como chicas porristas, lesbianismo y magia sobrenatural; la cinta francesa «Stranger by the Lake» (2014), de Alain Giraudie, un clásico sobre un asesino serial en un sitio de cruising; «Lyle» (2014), de Stewart Thorndike, una versión lésbica de «Rosemary’ Baby»; «Kissing Darkness» (2014), de James Townsend, sobre unos chicos gay que se enfrentan a una entidad misteriosa en las montañas; «Pyotr495» (2016), de Blake Mawson, cinta canadiense sobre un joven gay atrapado entre extremistas anti-homosexuales; «The Neon Demon» (2016), de Nicolas Winding Reft, sobre un grupo de modelos rusas obsesionadas con la belleza; «Raw» (2016), de Julia Ducornau, cinta que mezcla lesbianismo, canibalismo y gore, y «What Keeps You Alive» (2018), cinta canadiense de Colin Minihan, sobre una pareja lésbica que terminan enredadas en un macabro juego de gato y ratón.

«Lyle» (2014).

Si tienen oportunidad, no dejen de checar algunas de estas cintas y seguramente quedaran con un grato sabor de boca, pues cumplen a la perfección para el fin para el que fueron concebidas: entretenimiento puro y simple.

«Vampires: Brighter in Darkness» (2014)
Comentarios