A río revuelto… Gana el señor Beltrones

A río revuelto… Gana el señor Beltrones

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Manlio y Peña.

Manlio Fabio Beltrones ha sido uno de los mas prominentes priistas de todos los tiempos, ligado a nombres como el de Fernando Gutierrez Barrios y los hermanos Salinas de Gortari, vio minado su inmenso poder durante la segunda mitad del gobierno de Zedillo, a finales de los noventas, de la misma forma en que lo ha visto minado ante la supuesta nueva generación encabezada por Enrique Peña Nieto, a cuya candidatura se oponía, pero ante quien terminó cediendo como el hombre disciplinado que es, a quien le allanó finalmente el camino como a Zedillo tras el asesinato de Colosio.

El escenario se parece, un Manlio encerrado en su oficina, que ve con cautela como el candidato de su partido se desmorona, al igual que Madrazo en el año 2000, su partido se enfrenta una “transición democrática” que  los sacará del poder y que amenaza con exponer a polìticos prominentes ante la justicia y someterá a su partido a una crisis institucional de enormes proporciones. Fue esa situación precisamente en el año 2000 la que catapultó a Beltrones a la cúspide de su poder durante 12 años, como quien negoció el perdón para su copartidarios ante el PAN, quien coordinó legisladores y elaboró estrategias que vendieron muy caro el amor del PRI, no sólo solucionando la crisis institucional –en principio desde la CNOP-, sino allanando el camino para la vuelta a la presidencia en el 2012.

Beltrones y el revolucionario institucional enfrentan una crisis similar, un candidato sin carisma cuya derrota minará el poder político del partido y lo enviará a conformarse como la tercera fuerza política del país y por ende, la fuerza que determine la ruptura del posible equilibrio de fuerzas en el congreso que resulte del choque entre Anaya y Obrador (si es que el frente entiende cual es el camino a seguir) y así quien más caro venderá su apoyo. Su poder seguramente crecerá, aprovechará el desastre dejado por un joven presidente que termina su sexenio en crisis y con una popularidad mermadísima, como Zedillo en el año 2000. Ya vimos a Manlio reunirse con Ricardo Monreal, amigo y antiguo militante priista, históricamente uno de los operadores políticos mas importantes del lopezobradorismo. La mesa está servida y Manlio está listo para regresar a la primera línea de la política mexicana.

La situación se repite y sólo nos recuerda, que los presidentes son simples príncipes en transición pero quienes sobreviven son siempre quienes se encuentran en las sombras del poder. Sobre Peña y Beltrones podemos decir que el “el príncipe ha muerto, viva el rey”.

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