La semana anterior, fue histórica para México debido a la aprobación del Matrimonio Igualitario en Sinaloa y Baja California, las cuales ahora permitirán las uniones entre parejas del mismo sexo, esto tras décadas de lucha y demandas a gobiernos locales y federales.
La actual administración federal, encabezada por Andrés Manuel López Obrador y su partido que domina la Cámara de Diputados y Senadores, han evadido descaradamente el tema de la aprobación del matrimonio LGBT+ y la adopción por parte de parejas del mismo sexo, esto a pesar de que se autodenominan, falsamente, como un movimiento del pueblo, de las clases desamparadas y sobre todo, de izquierda.
Los congresos locales dominados por Morena, como en el Estado de México, igualmente han frenado directa o indirectamente la aprovación de este tipo de uniones, ya que los legisladores han abandonado las sesiones y aplazado las discusiones agendadas.
Los partidos de derecha claramente no suman a la aprobación de tales Derechos Humanos y tras este proceso electoral del 2021, Enrique Vargas del Villas, virtual coordinador de la bancada local del PAN, ya ha pronunciado, sin tapujos, que el blanquiazul no permitirá la aprobación del Matrimonio Igualitario.
Como cúspide del descaro, en Sinaloa y Baja California el partido dominante en el congreso no dudó en atribuir tan importante triunfo a su movimiento político denominado “4T”, aún cuando las demandas de la comunidad LGBT han sido ignoradas e incluso han propuesto que derechos como el Matrimonio Igualitario sean sometidos a una «consulta popular», asunto poco favorable en un país machista y homófobo; Además ilegal, pues los derechos no pueden someterse a consulta.
Es preciso recordar que tales logros en favor de nuestra comunidad no se debe a la benevolencia de ningún partido político que se haya dignado a llevar el tema al congreso local o federal, sino a décadas de luchas que han costado vidas, torturas, libertad y la integridad de cientos de activistas de la diversidad sexual y de género.
Como movimiento debemos dejar en claro que, cual sea el partido, estos deben atender nuestras peticiones en pro de la conquista de la Igualdad plena, y no sólo ser usados como botín político en tiempos electorales y que la agenda LGBT debe ser un tema permanente en el desarrollo de una nación que se presume democrática, libre y moderna.