Verdades, mentiras y omisiones sobre los crímenes de odio en Chechenia

Verdades, mentiras y omisiones sobre los crímenes de odio en Chechenia

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Circula hace unos días, la noticia de que, en Chechenia, uno de los países que conforman la Federación Rusa, ha establecido un campo de concentración donde han sido llevados 100 hombres gay y tres más han resultado muertos en el proceso.

Cualquier persona que quiera ejercer el periodismo debe hacer una amplia búsqueda de datos y fuentes confiables, ya que de ser cierta esta noticia, estaríamos regresando 60 años en la historia a tiempos del nazismo y sus campos de exterminio.

Si bien la noticia sólo circula, no se le ha dado el peso que requiere por parte de ninguna de las más importantes agencias de noticias internacionales, salvo un par de interesantes notas emitidas por la BBC y Huffingtonpost, y ambos artículos retratan la misma información incierta que circula en las redes.

En resumen, la noticia gira alrededor de que hubo una serie de detenciones y muertes de personas gay en el país del báltico, que forma parte de la Federación Rusa, cuya población es mayoritariamente islámica y cuenta con especial apoyo del presidente ruso Vladimir Putin, quien ha apoyado diversas campañas anti homosexuales en su país y ha aplicado las leyes al respecto, de manera severa.

La noticia corrió a través de diferentes redes sociales a nivel internacional en forma de denuncia por parte de diferentes activistas en favor de los derechos LGBT en Rusia y otros países, pero no había alguna nota periodística en algún medio confiable que la reivindicara, por lo que aparentemente quedó en eso: un rumor en las redes.

Días más tarde, en una entrevista al respecto, el presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, declara a través de sus voceros, que en Chechenia no pueden existir campos de concentración para personas gay porque en Chechenia no existen los gay, “y si esta gente existiera en Chechenia, los agentes de la ley no tendrían que preocuparse por ellos, ya que sus familiares mismos les enviarían a algún sitio del que no volvieran jamás” (sic).

Sin embargo, varios activistas y periodistas dan testimonios opuestos a las versiones oficiales porque, ¡claro!, si existen tales campos de concentración, el gobierno no va a hablar de ello, al igual que el partido Nazi calló acerca de los campos de exterminio en Alemania.

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