
El término «torcida» que por lo general hace referencia a alguna cosa que no está recta, se convirtió lentamente en un adjetivo para señalar también a los hombres, cuya orientación sexual es hacia su mismo sexo, pero ese no es el tema de estas líneas, sino de asuntos verdaderamente torcidos, alejados de toda lógica y que e inclusive violan la naturaleza ideológica de sus propios orígenes.
Torcida es la agenda política del Partido Encuentro Social (PES) que pretende que no se reconozcan derechos a las personas LGBT y a su vez busca criminalizar el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
Torcidos son los liderazgos del PRD, que se aliaron con el PAN y dejaron de lado una agenda en favor de la población LGBT, ante el miedo de ser aplastados por otro supuesto partido de izquierda en las elecciones.
Supertorcida es la alianza entre Morena y PES. Ultraderecha e izquierda lopezobradorista-conservadora. Si la alianza del PAN-PRD es diabólica, esto es pura fornicación electoral.
Los grillos saltan entre los sinuosos y escasamente iluminados caminos de la política que ondulan entre instituciones públicas y privadas, entre tesoros y miseria. A los políticos les da sed y hambre de la fea, de poder y de triunfo, a estas alturas ya les vale pura chingada la congruencia ideológica. Todos quieren un lugar en la mesa, pero nadie quiere invitar a los jotos, las lenchas y las vestidas: Está en marcha la sucesión presidencial de 2018.