Eugenio Derbez, Kate del Castillo, Omar Chaparro y otros, efectivamente son cuestionables, impresentables y hasta lamentables como defensores de diferentes causas.
Pero eso no les quita la posibilidad de tener razón en lo del Tren Maya.
Recurrir al primer argumento para invalidar lo segundo es una vil falacia ad hominem, o sea, un ataque al emisor, para descrédito de sus afirmaciones, evadiendo la contrarréplica a éstas.
Por otro lado darle importancia al discurso de personajes televisescos y por lo tanto integrantes de la «mafia del poder» es restarle atención a quienes sí pueden considerarse agraviados.
Y todo porque la mera neta, es que no hay argumentos para defender la debastación de la selva y la opacidad en la construcción del Tren Maya.
En el mejor de los casos lo que se obtiene como contraargumento a la destrucción ambiental y corrupción del mentado tren, es la afirmación de los millones de árboles reforestados, lo que en realidad es otra patraña, independientemente de si fueron reforestados o no.
Lo anterior, toda vez que millones de árboles plantados no hacen una selva, del mismo modo que millones de pesos no hacen a programa social efectivo.
Sacarle lo positivo a esta lógica simplista y pitera, es comprar con todos tus ahorros, un boleto sin regreso a la ignominia.
O, a ver, niéguenmelo.