Las manifestaciones son mal vistas por algunas personas, sin embargo, sigue siendo una de las mayores presiones para las instituciones y el gobierno que no garantizan la seguridad de los ciudadanos; la tradición combativa de México es larga y llena de claroscuros, pero es un hecho que este tipo de movilizaciones en las calles han generado avances y justicia en numerosas ocasiones, a continuación les dejo, a título personal, 5 razones para salir a tomar las calles con otros movimientos de combativos actuales.
1.- Durante décadas hemos sido víctimas de las violencias homófobas y machistas del sistema patriarcal que aun domina gran parte del mundo; recientemente en países de Europa del Este se han venido aplicando leyes que criminalizan a la diversidad sexual y de género; Oriente Medio, también se ha sumado a satanizar a sectores de la diversidad; incluso México cuenta con una de las tasas mal altas de crímenes por homofobia, donde la Ciudad de México es la entidad del país con mayor número de estor crímenes; dejando entrever que la ciudad gayfriendly de Mancera no es del todo amistosa.
2.-Contamos con cientos de aliados desde que surgió la nueva oleada por los derechos LGBTQI; desde la década de los 60 las primeras marchas del orgullo se han nutrido de una gran variedad de colectivos entre los que destacan las feministas, grupos obreros, sindicatos, médicos además de colectivos artísticos y partidos de izquierda; si bien el PRD ha ido poco a poco desmantelando su combatividad, ignorando a la comunidad LGBT+ y con una cada vez más contradictoria alianza con el PAN hay partidos como MORENA, que ha puesto en marcha su secretaría de diversidad, sumado a las agrupaciones independientes que también atienden estas demandas dentro de sus respectivos programas políticos.
3.-El mismo estado que criminaliza y desaparece a las juventudes ejerce también represión en contra de la diversidad; El ejército mexicano es el principal brazo del gobierno para violentar y asesinar a la misma población, en la cual nuestro colectivo sexodiverso está incluido, basta con dar un vistazo al obituario LGBTQIAP para ver casos de muertes producto de la violencia y militarización de la llamada “guerra” contra el narco que desató Felipe Calderón. Las víctimas “colaterales” de recientes fechas también sufren la represión del gobierno encabezado por Peña Nieto y el PRI, agresiones que deben eliminarse por igual.
4.-El cambio se conquista al hacernos visibles, el hecho mismo de salir del closet tiene implicaciones políticas, pese a que la diversidad sexual se ha convertido en un botín para el neoliberalismo con sus estándares de vida y patrones de consumo excesivo debemos recordar que el hacernos visibles es indispensable para demostrar que somos millones, exigimos derechos y garantías para vivir en paz, sin el miedo de ser agredidos física ni psicológicamente y mucho menos a ser violentados por nuestra forma de amar, expresarnos o vivir nuestra propia sexualidad.
5.- Los derechos ya conquistados siguen siendo mínimos y no se garantizan, además de que los organismos encargados de aplicar la justicia ignoran como tratar los crímenes de odio; Si bien se han creado organismos y asociaciones civiles que hacen un trabajo admirable las dependencias públicas muchas veces no cumplen con su deber de ayudar a erradicar la violencia y dar seguimiento a los casos; los cuerpos policiacos no tienen ningún entrenamiento en derechos humanos y menos aún saben atender los crímenes por transfobia; la corrupción del estado tampoco ayuda a un funcionamiento pleno de los organismos correspondientes y se limitan en muchas ocasiones a archivar denuncias o a justificar las agresiones por motivos de vestimenta, comportamiento y demás ejemplos que podemos leer en diferentes medios aun hoy en día.
Para México son tiempos convulsos, el panorama político luce complicado rumbo a 2018 y las tazas de pobreza, crimen y corrupción van en aumento, mermando la calidad de vida de los mexicanos y provocando la propagación de agresiones hacia grupos vulnerables, es por ello que también es buen momento de continuar con la tradición combativa del movimiento de la diversidad sexual y de género sin olvidar apoyar a nuestros compañeros y compañeras que también luchan por igualdad, una vida segura y justicia.