Tras perder el registro durante el proceso electoral del 2018, el Partido Encuentro Social se mantiene como partido político estatal en Morelos, San Luis Potosí, Sonora y Yucatán, sin embargo, desde 2019, los mismos actores políticos que conformaron esta fuerza de ultraderecha, han relanzado prácticamente la misma plataforma política, esta vez con el nombre Partido Encuentro Solidario.
El nuevo PES, con las mismas siglas, que el partido de corte evangélico con el que se alió Morena, para darse una ventaja durante los comicios federales del 2018, pese a que afirma su objetivo «Es trabajar en comunidades que desafortunadamente se ven afectadas por las condiciones sociales, económicas y políticas de nuestro país», la realidad es que siguen concentrando sus acciones políticas para minar el avance de los derechos de las personas LGBT y de las mujeres; matrimonio igualitario y aborto respectivamente.
La disyuntiva para el sistema político mexicano, radica en que un partido de fundamentos evangélicos, se encuentra convencidamente orientado a no representar a todos los ciudadanos, ya que por principio, los dogmas, del «matrimonio natural» y «provida», discriminan a las personas LGBT y a las mujeres. Lo cual no es otra cosa que una patada en los tanates para el mentado Estado Laico, que es como un dogma político, pero mucho menos importante que los dogmas religiosos, por los cuales los líderes evangélicos, se viven rasgando las vestiduras.